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Los teenek y sus costumbres, o del amor por la tierra

México - En la región de la Huasteca, al oriente de San Luis Potosí viven los teenek, comúnmente conocidos como huastecos, cuyo nombre hace referencia a “los que viven en el campo, con su idioma, sangre y comparten la idea”, se les puede reconocer en los sitios turísticos, ataviados con coloridos trajes y grandes tocados en las cabezas de las mujeres, ofreciendo cestas y artesanías a los turistas.

Los teenek, asentados principalmente en los municipios de Aquismón, Tanlajás, Ciudad Valles, Huehuetlán, Tancanhuitz, San Antonio, Tampamolón y San Vicente Tancuayalab, por mencionar algunos en San Luis Potosí, tienen antecedentes de no solo haber dominado la región, sino estados como Veracruz, Hidalgo, Puebla y Tamaulipas.

De acuerdo con información de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, la Huasteca tuvo influencias toltecas, chichimecas y mexicas, con la colonización descendió la población, aunado a que con el paso del tiempo la región y sus habitantes han visto modificaciones en su territorio.

Los teenek, hablan huasteco y sus sistema de salud está basado en conceptos de armonía, felicidad y protección de agresiones de origen externo, por lo que los médicos tradicionales recurren a limpias y purificación con visitas a sitios sagrados; sin embargo, categorizan las enfermedades por niveles de atención.

Así, la medicina casera contempla tés y diversos preparados, lo que evidencia su conocimiento de las plantas, en tanto que para enfermedades más graves acuden con médicos tradicionales o bien a instituciones de salud, aunque la región concentra a alrededor de 150 médicos tradicionales como curanderos, parteras, sobadores y yerberos; los primeros, son inspiradores de respeto, en tanto que las segundas de las relaciones afectuosas en la comunidad.

Los teenek son prodigiosos en la elaboración de artesanías, y elaboran desde cestos a partir de hojas de palma trenzadas con lianas, hasta ollas, comales, cántaros y vasijas hechas por mujeres alfareras; además, se producen textiles y objetos de palma, así como máscaras.

La región, es rica en producción artesanal y en Ciudad Valles se hacen productos de talabartería, floristería, y carpintería, mientras que en Tampamolón se hace joyería de fantasía, morrales y abanicos. En tanto que en Tancanhuitz se elaboran enredos y huipiles con coloridos hilos, morrales decorados con flores, motivos vegetales de manta blanca y máscaras de madera.

En cuanto a su cosmovisión, este pueblo tiene un concepto de integración con la naturaleza y consideran a la tierra como un lugar sagrado, por lo que realizan diversas ceremonias, rituales y danzas en las que hacen ofrendas que incidan en los ciclos agrícolas.