Toronto - En la gloria gracias al amor inusual entre una limpiadora sordomuda y una criatura anfibia humanoide en "La forma del agua / The Shape of Water", el cineasta mexicano Guillermo del Toro ha pasado tras su triunfo en la Mostra de Venecia al otro lado del océano, para mostrar su film en el Festival de Toronto, donde ha hablado de política, no sólo la de su película, que la tiene, sino de la mexicana. "No, no me gusta cuando el presidente Peña Nieto me felicita. No me gusta, porque México es un país que ha tenido grandes personas en todo: atletas, artistas, científicos, filántropos, etc. pero no hay grandes políticos", dijo. 

"A veces -agregó "Memo" ante los periodistas- me lo pregunto: ¿Cómo es posible que no nazcan diez políticos que hagan lo que se tiene que hacer, que tengan esa vocación? Un atleta mexicano va y hace lo que tiene que hacer. Si tiene que correr los 100 metros planos se prepara y lo consigue […] Me sorprende que estadísticamente no salgan políticos mexicanos capaces. Cuando me preguntan de Peña Nieto, lo cierto es que me parece absolutamente aterrador que en su función haga todo lo opuesto a lo que se supone que tiene que hacer". En la misma rueda de prensa, el tapatío analizó los paralelismos entre la época de la Guerra Fría, cuando se desarrolla su película, y la actual, sobre la intolerancia, la violencia y las fronteras. Se diría que en su opinión, seis décadas largas después, el mundo no ha cambiado tanto. Después de Toronto, festival no competitivo, "La sombra del agua" se presentará en el español Festival de cine fantástico y de terror de Sitges, y en el mexicano de Morelia, para estrenarse en todo el mundo desde principios de diciembre.