28/Mar/2024
Editoriales

Homenaje a don Rolando Espinosa

El dí­a de hoy falleció una de las personas que más he admirado y respetado: El Sr. Lic. y C.P. Rolando Espinosa Ramí­rez, quien fuera Rector de la U. de M. y fundador y "maestro" por antonomasia del Colegio de Monterrey, grupo al que me honro en pertenecer y donde pude apreciar las grandes cualidades de don Rolando: Su profundo conocimiento de la historia constitucional de México, la forma en la que ha afectado los modos de propiedad y sus impactos muchas veces negativos en la calidad de la educación pública.

Y es que el maestro Espinosa sabí­a que todas las Constituciones mexicanas más que la "voluntad del pueblo" han sido unos "proyecto de nación" que los intelectuales afectos a las élites vencedoras en nuestros grandes conflictos internos, habiéndose auto-constituido en "vanguardias" si no del proletariado si de lo que ellos conciben que "debe de ser" el pueblo mexicano. Es por estas razones por lo que cada una de nuestras Constituciones siempre han reflejado las situaciones vigentes en naciones más avanzadas que ellos trataban de imitar: Los masones del rito yorkino de 1824 imitaron el federalismo norteamericano, los liberales de 1857 trataron de imitar un laicismo sólo inmediatamente aplicable a naciones como Francia, las cuales ya tení­an un cuerpo magisterial y un sistema hospitalario profesionales, capaces de sustituir eficientemente las labores que aquí­ siempre habí­an estado a cargo de la Iglesia y que con el "Patronato" que durante la Colonia habí­a ejercido la Corona de España, se habí­an encargado de guiar y proteger como único gobierno como a un tercio de la población mexicana, unos dos millones de indios que todaví­a viví­an en sus propias comunidades y no se habí­an incorporado al resto de la economí­a nacional, principalmente haciendas agrí­colas y explotaciones mineras trabajadas con el sistema de peonaje: Cuando les faltó esta protección durante el Porfirismo, muchas comunidades cayeron ví­ctimas de las "compañí­as deslindadoras", al servicio de grandes empresarios.

Y los constituyentes de 1917, cuyo centenario acabamos de celebrar, fueron 200 intelectuales y lí­deres polí­ticos de las facciones vencedoras carrancista y obregonista de la Revolución, ninguno de ellos católico practicante, como ejemplo de su "representatividad" de un pueblo que lo era en un 90%. El maestro Espinosa estimaba que el Art. 27 que supedita la propiedad privada a "los intereses de la nación" es el principal defecto de ese "proyecto de nación" y aunque yo no comparto ese punto de vista suyo en particular, me conmoví­a ver la acuciosidad con la que trataba de encontrar el hilo que nos permitiera hoy, en la actualidad, darle marcha atrás a la corrupción impune que nos ahoga, nos quita la seguridad pública, nos niega la justicia y nos empobrece extraví­a la educación pública, todo lo cual, para agravar aún más la situación, nos deja desprotegidos y desunidos ante un poderoso "Vecino del Norte" que sea vuelto aislacionista e introvertido.

Así­ que comparto plenamente la idea básica que tení­a de don Rolando Espinosa: Lograr la Reforma del Estado Mexicano basada en el Humanismo, es decir en una disciplina de conducta pública colectiva libremente adoptada, por haber sido probada en la práctica y ser la que más se acerca a un Estado de Derecho basado en la justicia.-

Atte.- JVG.- 08-02-17