Nacional

Escudo antidrones en Palacio Nacional

CIUDAD DE MEXICO - El Palacio Nacional, el edificio del siglo XVI en el corazón del centro histórico de la capital mexicana, donde despacha y vive el presidente Andrés López Obrador, tendrá un escudo antidrones para evitar cualquier eventual ataque que atente contra la seguridad del mandatario y su familia. El ministerio de la Defensa Nacional es el encargado de instalar un sistema que blinde este inmueble, sobre todo el espacio aéreo que lo circunda, aunque ello podría generar problemas de comunicación por Internet en la zona adyacente, que es eminentemente comercial.

La convocatoria para adquirir el equipo necesario para inhibir el sobrevuelo de estos artefactos en este sitio histórico, por lo menos en mil metros a la redonda, fue ya lanzada por las Fuerzas Armadas, después de que se ha detectado que el crimen organizado está usando cada vez más esta tecnología. Apenas en días pasados se dio a conocer que el Cártel de Santa Rosa de Lima, con influencia en el estado central de Guanajuato, uno de los epicentros de la violencia actual, planeaba atacar con drones explosivos la sede de la Fiscalía de esa provincia. Seis empresas se han inscrito para participar en esta licitación, aunque desde el año pasado el Ejército encomendó a universidades realizar estudios para este tipo de proyectos de vigilancia. 

Según el diario capitalino El Universal, que tuvo acceso a la convocatoria, entre los accesorios que tendrá que instalar la empresa que gane el contrato figura una torre de 35 metros arriba de Palacio Nacional. Hasta ahora, para proteger contra un "ataque de drones" este estratégico recinto, el equipo de seguridad del presidente Andrés López Obrador tuvo que improvisar un sistema que generó cierta polémica. El pasado 8 de marzo, durante las protestas por el Día Internacional de la Mujer, se difundieron una serie de imágenes por Internet en las cuales se observan a hombres con uniforme en la azotea de Palacio Nacional, portando una especie de arma que hacía creer era un fusil automático. El vocero presidencial Jesús Ramírez salió a aclarar que se trataba de un dispositivo antidrones llamado "Hikvision" que portaba "personal de resguardo y que "nunca hubo personal armado". Pablo Ramos, fotógrafo del diario capitalino La Jornada, señaló que habían derrumbado el dron con el que cubría la protesta. En México, el uso de drones o sistemas de aeronave pilotada a distancia (RPAS) está regulado por una normativa que establece, entre otras cosas, que deben operar a más de 9,2 kilómetros de cualquier aeródromo y a más de 900 metros de helipuertos. 

Para los drones de menos de dos kilos, considerados de uso recreativo, la disposición señala que no es necesario un permiso especial, pero sí el registro ante el ministerio de Comunicaciones y Transportes. Los drones de esta categoría no pueden volar a menos de 122 metros de altura, ni pueden usar estos aparatos sobre personas que no participen directamente en su operación, además de que deben evitar exceder la velocidad máxima establecida por el fabricante del equipo. Sin embargo, los inhibidores de drones tienen prohibido por la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión usar "equipos que bloqueen, cancelen o anulen las señales de telefonía celular, de radiocomunicación o de transmisión de datos o imagen", con excepción de instancias de seguridad pública federales y de seguridad nacional. López Obrador, a raíz de la polémica por las armas antidrones usadas durante la demostración por el Día de la Mujer, señaló que existía la posibilidad de que se colocara un dron con una bomba para arrojarla dentro de Palacio Nacional. México es visto por fabricantes como uno de los mercados más prometedores para el uso de drones con fines civiles en América Latina. La compañía china DJI controla actualmente el 8% del segmento de estos vehículos no tripulados, pero el gobierno mexicano se esfuerza en establecer la suficiente regulación para que no sean usados con fines terroristas o que atenten contra la seguridad nacional.