Nacional

Grupo de élite de la policía, infiltrado

CIUDAD DE MEXICO - El grupo de élite de la policía mexicana que durante 25 años y con el apoyo de agencias de seguridad estadounidenses logró algunos de los más resonantes triunfos en la lucha antidrogas del país fue disuelto porque estaba "infiltrado por el crimen".

El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que este comando, que entre otras cosas logró la recaptura de Joaquín "El Chapo" Guzmán en 2016, tras su segunda fuga de una prisión de alta seguridad en julio de 2015, estaba completamente corrompida e "incluso uno de sus jefes está siendo juzgado en Estados Unidos".

En conferencia en Palacio Nacional, el mandatario señaló que a pesar de la supresión de esta unidad "mantenemos cooperación con organismos internacionales encargados de seguridad, pero procuramos que se respete la soberanía".

"Antes entraban y salían por el país, ellos mandaban, hacían lo que querían, incluso fabricaban delitos. Entonces se puso orden", sostuvo, al indicar que "ya no son los tiempos de Felipe Calderón", que gobernó a México entre 2006 y 2012, en los que "la delincuencia estaba infiltrada en el gobierno".

López Obrador expuso que, pese a la cancelación de las operaciones de este grupo, que recibía inclusive compensaciones económicas del gobierno estadounidense, "hay buena relación" con el gobierno del presidente Joe Biden.

La decisión de eliminar la llamado Unidad de Investigaciones Sensibles (SIU, siglas en inglés), que fue notificada a la agencia antidrogas estadounidense (DEA) en abril de 2021, pero "continúan las acciones bilaterales de seguridad" aunque esta vez "con respeto a la soberanía nacional".

Ahora, lo que se busca en la lucha antidroga entre ambos países es un "esquema ideal" en el cual "se comparta información para actuar de manera conjunta en operativos y acciones que convengan a las dos naciones", afirmó.

En diciembre pasado, México y Estados Unidos pusieron en marcha un nuevo plan de seguridad denominado Entendimiento Bicentenario, que reemplazó a la Iniciativa Mérida, acordada en 2008 por los entonces presidentes Felipe Calderón y George W.

Bush, con el fin de relanzar el combate a las bandas criminales.

El canciller mexicano Marcelo Ebrard dijo que "es el acta de nacimiento y el inicio de operaciones de una nueva etapa" en la cooperación en esta materia entre los dos países que comparten una frontera de más de 3.000 kilómetros, con la mira puesta en el combate al tráfico de drogas, personas y armas, entre otros objetivos.

López Obrador dijo que su administración continúa realizando esfuerzos "para garantizar la paz y la seguridad en el país, sin violar los derechos humanos, pero también sin la intervención de gobiernos extranjeros".

"No a violaciones de nuestra soberanía, no a que operen grupos extranjeros en funciones que sólo corresponden a las autoridades mexicanas, no a la violación de derechos humanos, no a masacres, no a la tortura… todo eso está claro y se cumple diariamente", dijo López Obrador.

El SIU colaboraba especialmente con la DEA, y contaba con un selecto grupo de hombres adiestrado en tácticas de combate en Estados Unidos y con reputación de contar con un alto perfil de honestidad, por lo que se le encomendaban misiones muy delicadas para el interés bilateral.

La legendaria unidad fue por muchos años un verdadero modelo de cooperación bilateral antidrogas entre los dos países, que se encargó de tareas de gran envergadura y a la que se le daba acceso privilegiado a información de inteligencia estadunidense. Sin embargo, uno de los miembros de este grupo, Iván Reyes, al que aludió aparentemente López Obrador, fue acusado y enjuiciado por estar en la nómina de dos bandas delincuenciales a las que les transmitía datos confidenciales que llevaron a la muerte de varios agentes encubiertos.

El desprestigio de la unidad y sus vínculos con el exministro de Seguridad Pública, Genaro García, arrestado en 2019 en Estados Unidos por vínculos con el Cártel de Sinaloa, contribuyeron a la decisión de desmantelarla.

Además, se vio involucrada en la denominada matanza de Allende, ocurrida en un poblado de la frontera de México con Estados Unidos, perpetrada por la banda Los Zetas, entre 2011 y 2012, que arrojó más de 300 muertos, a raíz de la filtración de la DEA a policías mexicanos de la identidad de dos de jefes mafiosos.