Espectáculos

Fallece el compositor yucateco Sergio Esquivel

 

Yucatán.- La mañana de este sábado, el cantautor yucateco Sergio Esquivel, de 74 años de edad, murió, “en su casa, en paz, sin dolor, mientras dormía en compañía de su familia”, dio a conocer la página oficial del artista creador de la canción Qué alegre va María, de 1973, lanzada en el Festival OTI internacional y dedicada a su única esposa, Celia Buenfil, y también autor de la icónica canción Un tipo como yo, de 1979 otro éxito del festival OTI.

 "Se fue en paz con la vida, con paz en el corazón y con la alegría de saber que a lo largo de su vida logró llegar a tantas personas y compartir su mensaje de amor por la vida", expresó la familia.

 A Sergio Iván Esquivel Cortés, originario de Ticul, Yucatán, le sobreviven su viuda Celia Buenfil, sus hijos Kathy, Sergio y Daniela, y sus nietos Regina y Marco Polo.

Esquivel fue finalista en las ediciones nacionales del Festival OTI durante 13 años, entre 1972 y 1991.

 Rápidamente se instaló en el grupo de los autores preferidos del público mexicano con canciones como Alguien vendrá, Dos rosas, Me llaman tonto (coautoría con Guillermo Salamanca), Un tipo como yo y San Juan de Letrán.

 Grabó más de 20 discos como intérprete y las canciones por él creadas que suman más de 350 (registradas ante la SACM), han sido interpretadas por José José, Emmanuel, Christian Castro, Marco Antonio Muñiz, Lupita Dalessio, Verónica Castro, Guadalupe Pineda, Alberto Vázquez, Yoshio, Dulce, Gualberto Castro, Víctor Yturbe “El Pirulí”), Vicky Carr, Armando Manzanero, Manoella Torres, Gloria Lasso, entre otros.

 También grabaron sus canciones artistas de fama internacional como Celia Cruz, Dany Rivera o Libertad Lamarque.

 La Sociedad de Autores y Compositores de México le entregó la Medalla por 25 años de Trayectoria en 2001 y desde el año de 2011, la Plaza Santa Lucía luce un busto con la imagen de Sergio Esquivel.

 Su éxito y fama fueron discretos, aun cuando tenía una obra de casi 400 canciones y recorrió kilómetros en toda la República Mexicana y en el extranjero, con espectáculos en solitario y como parte de los shows Los Triunfadores del OTI, Conciertos Bohemias de la OTI y El OTI Sinfónico, este último con las orquestas locales de todos los estados que visitó.

 Su colega, Mario Pintor, así lo recuerda: “Mi amigo, Gallo Gallito, era un tipo muy centrado, con muchos valores, siempre dispuesto a ayudar, a tender la mano y entregarse a un escenario con su personalidad tan encantadora, tan alegre, con sus temas tan profundos, siempre enviando mensajes positivos, nunca de tristeza, ni de venganza, o de amargura, sólo de amor. Eso lo distinguía mucho en sus letras”.

 Entrevistado vía telefónica desde Aguascalientes, donde reside, Mario Pintor, destaca la obra de Sergio Esquivel, con quien compartió escenario múltiples ocasiones, “es un yucateco que se quedará como uno de los grandes compositores de la música romántica mexicana, amigo, gran compañero, un gran esposo, a Celia Buenfil le compuso Qué alegre va María, cuando estaba embarazada y la dejó como compositora de ese tema, porque no podía ser el autor de más de dos canciones en el OTI, fue el compositor que más participó a lo largo de la historia de ese festival”, declaró a El Sol de México.

 De acuerdo con Mario Pintor, Esquivel prefirió su familia a la fama. “Me hice amigo de él cuando me llamaba Mario Eduardo en un lanzamiento de Siempre en Domingo de Raúl Velasco y el primer tema que canté de él fue Volverán los días felices en el Festival OTI, yo aún no era compositor. Sergio Esquivel eligió desde siempre a su familia, porque la fama y la familia no se llevan bien.

 “Por otro lado Sergio formó una familia con una sola mujer maravillosa como es Celia, nunca tuvieron problemas. Él no fue famoso, se fue por ser mejor esposo, mejor padre, aunque sí, buen cantante y artista”.

 Ambos, junto al también fallecido Yoshio, estaban activos con Conciertos Bohemias de la OTI antes de la pandemia. “Sergio era muy agradable, tenía buen sentido del humor y al reunirnos sacábamos las guitarras y el ambiente se ponía muy bohemio. Estábamos los tres en una de esas reuniones le dije: ‘Oye Gallo, qué has compuesto de nuevo. Y me responde: ‘Acabo de componer una plancha que no servía a mi mujer. Es lo más reciente que acabo de componer’. Y las carcajadas no se hicieron esperar, porque yo le hablaba de su música”.