Está de moda en Hollywood rejuvenecer digitalmente en las películas a grandes estrellas, como Brad Pitt en "El extraño caso de Benjamin Button", Michael Douglas en "Ant Man", o Kurt Russell en "Guardianes de la galaxia, volumen 2".

Ahora, Martin Scorsese ha hecho lo propio con Robert De Niro en El irlandés, su nuevo trabajo, que será estrenado por Netflix, donde el actor interpreta a Frank Sheeran, funcionario sindical implicado en la desaparición del destacado líder Jimmy Hoffa. Sin embargo, el veterano realizador confiesa en The Guardian que quizás no tomó la mejor decisión. Apunta a que las nuevas tecnologías provocan que se pierda la expresividad de los ojos de los actores. "¿Esta técnica cambia los ojos? Si así es el caso, ¿qué había en los ojos que me gustase? ¿Era la intensidad? ¿Era la seriedad? ¿La amenaza? ¿Y cómo la recuperamos? No lo sé".

No es la única crítica hacia estas habituales tácticas. Muchos cronistas han echado mano de la teoría del Valle Inquietante, término acuñado por el profesor Masahiro Mori. Según ésta, cuando las réplicas antropomórficas en robótica o animacíon 3D se parecen demasiado a la apariencia de un ser humano real, pero se nota un poco que no lo es, produce rechazo e incluso miedo en los observadores. Todo indica que a partir de ahora Martin Scorsese preferirá recurrir en casos semajantes a sustituir al actor por otro más joven, al estilo tradicional.