19/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

 

Noviembre 6 de 1970: muere en la ciudad de México, el músico, compositor y cantante Agustín Lara. Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, nació el 30 de octubre de 1897 en la ciudad de México (aunque él aseguraba haber nacido en Tlacotalpan, Veracruz, tres años después), y conociendo su gusto, en la Rotonda de las personas ilustres se grabó a este último dato como el bueno. Hay efectivamente, quienes aseguran que nació en Tlatlauquitepec, Puebla y que su padre lo registró en la ciudad de México 13 días después.

   Al margen de dónde realmente haya nacido, lo cierto es que este hombre desde los siete años tocaba muy bien el piano, y trabajaba en cabarets para ayudar económicamente a su madre María Aguirre, quien fue abandonada por su padre, el médico Joaquín M. Lara. Agustín Lara fue un prolífico autor de canciones románticas que hacen aún vibrar a muchos mexicanos e incluso extranjeros.

   Piezas como la Clave Azul, Arráncame la vida, Aventurera, Farolito, la Clave Azul, Callecita, Noche de Ronda, Oración Caribe, María Bonita, Palabras de mujer, Se me hizo fácil, Silverio Pérez, Madrid, Murcia, Señora tentación, Veracruz, El organillero y muchísimas otras canciones que reflejaban la realidad del México de su época.

   Un enamorado que vivió con varias hermosas mujeres, y la boda más popular fue la que celebró en 1945 con la primera actriz María Félix, a quien compuso las bellas melodías María Bonita, Noche de ronda y Aquel amor. El dictador español Francisco Franco le obsequió en 1965 una casa en Granada, España, en agradecimiento por haberle dedicado estupendas canciones a Madrid, Granada, Murcia, Sevilla, Valencia y Toledo, algunas de las cuales son actualmente una especie de himnos locales. Las composiciones españolas tienen el ingrediente adicional, que cuando las compuso, Agustín nunca había pisado tierra española.

  El 3 de noviembre de 1970, tuvo un accidente casero en el que cayó quebrándose la pelvis. Por su edad, sus condiciones se vuelven críticas y Agustín Lara muere en su casa el día 6 de ese mes y año. México llora aún su partida, y aquí en Monterrey es tan querido que existe, con su nombre, una plaza en plena avenida Constitución, la más importante rúa de oriente a poniente de la gran ciudad de Monterrey.