25/Apr/2024
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Desarrollan pensamiento de Judith Butler en la UANL

En el tercer ciclo de filosofía contemporánea norteamericana que realiza la Casa Universitaria del Libro de la UANL, el investigador sonorense Guillermo Núñez desarrolló el pensamiento de la filósofa estadounidense Judith Butler.

Las teorías sobre sexualidad y género de la filósofa estadounidense Judith Butler son algunas de las más controversiales de los últimos años. Son radicales y a la vez fundacionales para revisitar y repensar el feminismo moderno.

Sobre esto disertó el investigador Guillermo Núñez, quizá el más importante especialista en materia de masculinidad y género en el país, en la charla “Butler: el género como ficción cultural reguladora”, el 19 de julio en la Casa Universitaria del Libro de la UANL.

El investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A. C. de Hermosillo, Sonora, fue invitado por la Comunidad Filosófica de Monterrey (Cofim) para impartir la tercera charla del Ciclo de Filosofía Contemporánea Norteamericana.

Butler: el género y el sexo son construcciones sociales

En 1990 Judith Butler publicó “Gender trouble” (El género en disputa), tal vez la obra más radical y fundacional para el feminismo moderno, que incluso hoy en día se discute junto a otros textos de la pensadora. De este título Núñez tomó ideas para sus tesis de posgrado.

Maestro en artes y doctor en antropología cultural, el investigador inició la plática señalando que el sistema de homología del patriarcado que discute Butler se sustenta en un binarismo sexual donde solo hay dos sexos que conviven en fronteras discretas.

Y añade que de este se desprende un binarismo de género donde sólo hay masculino y femenino y todo lo anterior es un discurso normativo.

Por lo tanto, dice Núñez siguiendo a Butler, todo lo que no coincida con esa narrativa tiende a desaparecer. Ejemplifica señalando que si todo es macho o hembra, qué pasaría con los cuerpos con cromosomas xxy o xyy. 

Y si se quiere definir el sexo desde lo gonadal, testículos u ovarios, tendríamos que quitar a los que tienen ambos. Y si queremos definir el sexo desde los genitales tendríamos que excluir a quienes no tengan solo pene y vagina.

El investigador del SNI nivel II expone que el pensamiento butlereano considera que la dimensión de género masculino y femenino y el sexo mismo son construcciones sociales. Y eso difiere del feminismo que relaciona al sexo con naturaleza y al género con cultura.

La teoría de la performatividad del género 

El planteo teórico de la performatividad del género juega un papel importante en el discurso de Butler contra la hipótesis represiva de la sexualidad. Esta idea de una sexualidad primigenia natural que es objeto de represión jurídica, cultural e institucional. 

“El sexo siempre está construido socialmente. No hay cuerpos que no estén marcados por el poder en su representación misma, en el cual se le obliga a hacer ciertos gestos, a mostrarse de tal o cual manera. 

“Se le vigila, se le controla y obliga a mostrarse de cierta manera. Esa es la teoría de la performatividad del género”, dice Núñez refiriéndose a Butler.

El género no es interior; se regula y se hace creíble

Núñez señala que Butler resiste a la idea de una interioridad del sujeto previa que a su vez produce el género. Y tampoco hay una esencia biológica que produzca el géneroButler ubica al género en un proceso de incorporación en actos regulados del cuerpo, que producen cuerpos sexuados, deseantes, que expresan feminidad y masculinidad.

“No hay un género verdadero, pues esa interioridad es una fabricación. Dicho de otra manera: no hay una auténtica masculinidad o feminidad. No existe una original mujer, un original hombre del que los demás seamos copia. 

“El género es una producción, una ficción reguladora, una ficción de coherencia sexo-género. El género es un artificio guiado por relaciones de poder y tiene que estarse anunciando constantemente, no para ser verdadero, sino para dar la apariencia de verdad, para ser creíble”.