Enero 30 de 1876: se levanta en armas el general Fidencio Hernández, en la sierra de Ixtlán, Oaxaca, propalando el plan de Tuxtepec en contra de la reelección del presidente Sebastián Lerdo de Tejada. Esto se había originado el día diez anterior en Ojitlán, Oaxaca, cuando Porfirio Díaz, Vicente Riva Palacio, Hermenegildo Sarmiento y otros militares firmaron este Plan de Tuxtepec, rebelándose contra el resultado de la elección celebrada el 13 de octubre de 1872, y convocaron a una rebelión armada en contra del triunfante, presidente Lerdo de Tejada. Este problema venía desde julio de 1871, por las elecciones donde compitieron el presidente Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz, pues Juárez fue declarado presidente electo por el Congreso. Ante ello, el 8 de noviembre, Porfirio Díaz, con el Plan de la Noria, se levantó en armas contra Juárez, y el gobernador de Oaxaca, Félix Díaz, se pronunció a favor de su hermano Porfirio enviando tropas a combatir a la ciudad de México. Pero la rebelión fue repelida en la Ciudadela por los generales Sóstenes Rocha e Ignacio Alatorre. Así que, el 18 de noviembre, Porfirio Díaz tomó el poblado de Ixtlán, Oaxaca, y el 19 desplazó a sus tropas rumbo a Tehuacán pero el 28 de ese mes se hicieron efectivas las penas pecuniarias a los perturbadores de la paz pública, por lo que Díaz se quedó con sólo cien hombres. Ya tranquilizado el ambiente, el 1 de diciembre Benito Juárez tomó posesión de la presidencia de nuevo, y el 2 de diciembre promulgó la Ley de Suspensión de Garantías, con lo que las tropas restantes de Porfirio Díaz se alejaron del Valle de México. 

El 25 de diciembre de 1871 las tropas del coronel Ignacio Alatorre tomaron la ciudad de Oaxaca, plaza rendida por Félix Díaz, quien murió el 23 de enero de 1872, en Pochutla, Oaxaca, a manos de las tropas federales dirigidas por Albino Jiménez y Benigno Cartas. Ante ello, una semana después Porfirio Díaz salió del país con el pseudónimo de Antonio Mauri, embarcándose en Veracruz rumbo a Estados Unidos, y regresó el 11 de marzo. En  Camargo, Tamaulipas Díaz dijo que seguiría la lucha contra Juárez y el 3 de abril promulgó en Nayarit el plan de Ameca, acabando política y militarmente con el plan de la Noria, por lo que mejor se aplacó para poder buscar una nueva candidatura en su momento. 

Sin embargo, como la muerte sorprendió al presidente Juárez el 18 de julio de 1872, Sebastián Lerdo –presidente de la Suprema Corte- asumió la presidencia provisional. E inmediatamente, el 27 de julio, se concedió la amnistía a todos los que hubiesen delinquido, por lo que entregaron sus armas el ex gobernador neolonés Jerónimo Treviño, y el jalisciense Donato Guerra, cabezas del movimiento armado de La Noria, haciendo lo mismo Porfirio Díaz el 13 de septiembre. Posteriormente todo se recompuso en favor de Porfirio Díaz, quien llegó a la Presidencia de México y, estuvo tan a gusto, que se quedó en ese sitial por larga data.