Un anciano y su hijo salieron de viaje en el tradicional medio de transporte de la humanidad cuando se era pobre: en un burro.
El padre, dándole preferencia a la comodidad del hijo, prefirió caminar y que su vástago viajara montando el burro.
Pero al pasar por el primer pobladito, oyeron que la gente decía: _ese joven está mal, no respeta a sus mayores. Mientras él monta el burro, su padre camina a pie.
Al salir del pueblo, el hijo estaba muy avergonzado, así que le planteó al padre un cambio de los papeles, esto es, que el anciano montara el burro y que él iría a pie.
Así lo hicieron, sólo que una pareja que iba por ese mismo rumbo los vio y dijo: Este pobre muchacho tiene que ir caminando mientras su padre cabalga.
Por tanto, el padre, ya molesto, le propuso al hijo de que lo mejor sería que ambos caminaran, y así nadie se quejaría.
Continuaron su viaje a pie ambos, pero al llegar a otro poblado, se cruzaron con otras personas que dijeron:_ Miren a esos tontos, ambos van caminando bajo el sol ardiente y ¡ninguno monta el burro!.
Cuento popular de corte internacional.