07/May/2024
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Utilizan el arte como instrumento social

El Taller de Teatro en la FTSYDH ha sido una oportunidad de sensibilización y reflexión a través del arte, actividad que ha derivado en dinámicas que los estudiantes pueden aplicar en el ejercicio de su profesión.

 

En 2017, Guillermo Ibarra González tuvo como meta específica captar la atención de los alumnos de la Facultad de Trabajo Social y Desarrollo Humano y formar el primer taller de teatro, dependencia a la que llegó para realizar su servicio social para incorporarse luego al Departamento de Becas.

 “En 2017 la facultad no tenía una coordinación de Arte y Cultura, sólo había un maestro de música. Cuando ingresé no había taller de teatro debido a que los horarios de los alumnos varían mucho y son complicados, ya que tienen que salir y hacer trabajo de campo, diario de campo, ir a comunidades, entre otras cosas", dijo Guillermo Ibarra González, Licenciado en Arte Dramático.

“Llegué aquí porque iba a abrir el taller de teatro, pero me pusieron en el Departamento de Becas y entonces me propuse abrir el taller. Con voluntad salió el taller y no hemos dejado de participar en la muestra intrauniversitaria de teatro desde 2018”, detalló Ibarra.

 

Sensibilización social

Consciente de que la mayoría de los egresados de FTSYDH no se va a dedicar al mundo de la actuación, Ibarra González centra su interés en proporcionar a los estudiantes una herramienta de reflexión y sensibilización a través del teatro.

 “Mi compromiso con ellos, en su mayoría alumnas, es ayudarles a identificar de qué les interesa hablar. La primera parte del taller de teatro me centro mucho en indagar entre mis alumnos cómo se sienten, qué inquietudes tienen.

 

 

 “Después pasamos a otro plano, a que vayan soltándose y perdiendo el miedo, yo no tengo jerarquías en el teatro independientemente de que haya una cabeza debe ser horizontal, es un trabajo en equipo. Creo que en eso coincidimos la carrera de trabajo social y mi actividad profesional que es el teatro, que se trabaja en equipo”, comentó Ibarra González, quien hasta el momento ha montado 18 obras entre las que destacan Corruptocracia, de Felipe Villarreal o Antígona González, texto que trabaja el tema de las desapariciones forzadas.

La convocatoria se realizó visitando las aulas, en donde Ibarra González logró captar un número de 40 alumnos, mismo que se redujo a una veintena de estudiantes, y finalmente la pandemia ocasionada por el Covid-19 estableció en una docena.

 “Yo empecé a ir a los salones a interrumpir a los maestros y eran tantas mis ganas que conseguí 40 estudiantes. Yo creo que las ganas e ir a los salones, hablar y convencer a los alumnos y decirles que era una nueva experiencia que podía nutrir su vida profesional allá en las comunidades.

 “Yo sé que tal vez no van a ser actores, pero mi intención con los estudiantes es que ellos aprendan que en el teatro y cualquier forma de expresión artística es una salida o escape de la vida real que es dura, complicada y a veces te golpea”, dijo Guillermo Ibarra González.

 Algunas alumnas se han acercado a Guillermo para pedirle consejo o ejemplos de dinámicas grupales, mismas que les han servido de gran ayuda en el trabajo de campo realizado en comunidades. De hecho, algunas alumnas han decidido abandonar la FTSYDH para matricularse a la FAE.

 

La chica de la voz bajita

Guillermo recordó la anécdota de una alumna cuya característica principal era hablar muy quedo. La chica era muy aplicada, siempre asistía a clases y participaba; sin embargo, su voz le impedía ser tomada en cuenta para un papel protagónico.

 A nada de estrenar puesta en escena, la protagonista principal tuvo que retirarse por complicaciones de salud, por lo que Ibarra González decidió otorgarle el papel a la chica de la voz bajita, quien en menos de dos días se había aprendido y apropiado de manera significativa del protagónico. El teatro permitió fortalecer su presencia en escena y la obra fue todo un éxito.

 “En mi trabajo como actor fuera de la institución siempre me gusta retarme y hablar de lo que me duele o molesta como persona. Aquí me pareció valioso encontrarme con las personas indicadas", señaló Guillermo Ibarra González.

 “Al principio me negaba a ser maestro, pero esta facultad me ha enseñado mucho a compartir y encontrar gente con quien tengo similitudes y también diferencias”, señaló Guillermo.

 

Ensayos pandémicos

Con la llegada de la pandemia, Guillermo tuvo que modificar los ensayos adaptando todos los ejercicios hacia el monitor de la pantalla. Las dinámicas han cambiado, inclusive han tenido que realizar obras grabadas.

 Con el avance del proceso de vacunación cada vez más se acerca la posibilidad de volver a ensayar como antes, por lo que Ibarra González se muestra entusiasta hacia el futuro inmediato.

 

 

Por lo pronto, la UANL se mantiene fiel a la formación integral de sus estudiantes, y mediante el arte y la cultura refuerzan conductas sociales, humanas, altruistas y sensibles.

 

Montajes de la FTSYDH desde 2017 hasta la fecha

Huesitos Ruidosos, de Susana Alanís; Pastorela Norteña, de Rubén González Garza;  Antígona González, de Sara Uribe; Retorciendo Palabras, de Guillermo Ibarra; Un hogar sólido, de Elena Garro; ¡Como el Grinch se robó la navidad!, de Dr. Seuss; Como si fuera esta noche, de Gracia Morales; ¿Huele a gas?, de Tomás Urtusástegui; Corruptocracia, de Felipe Villarreal y “Diablas team” de Guillermo Ibarra Gzz.

 Otros montajes han sido Las mujeres en el teatro, (Fragmentos de Casa de Muñecas, de Henrik Ibsen y El eterno femenino, de Rosario Castellanos). El llanto y El sol de Monterrey, de Alfonso Reyes (vídeoarte); El destino de los pastores, de Guillermo Ibarra; Escena para cuatro personajes, (lectura dramatizada) de Eugene Ionesco; y Niñas de la Guerra, de Berta Hiriart.