28/Apr/2024
Editoriales

Cuentete. Estemos listos para aprovechar la oportunidad

Clemente era un hombre bueno, siempre estaba presto para apoyar las causas nobles.

 

Oraba diariamente, amaba a su familia, buscaba el ángulo positivo a todo lo que sucedía, y quienes lo conocían decían que era casi un santo.

 

Un buen día, estando un poco distraído observando a unos pájaros bonitos, escuchó la voz del Señor.

 

_Clemente, hijo mío, eres un buen hombre ¿qué quieres que te conceda?

 

El buen Clemente se turbó ante el milagro y luego de unos segundos dijo: 

 

_Dios mío, no esperaba esto, no sé qué responderte, permíteme pensarlo bien, lo consultaré con mi familia y mañana te lo haré saber.

 

El Señor le respondió:

 

_Bien, consúltala…

 

Así lo hizo Clemente, lo comentó con su esposa y con su padre, para ir al día siguiente al mismo lugar en donde El Señor le había hablado… pero Dios ya no volvió a hablarle.

 

De aquí se desprende un consejo consistente en hacernos un examen para definir lo que pretendemos hacer de nuestra vida, pues ante situaciones inesperadas podemos equivocarnos en las decisiones, o queremos hacer un análisis que lleva su tiempo y la oportunidad desaparece…

 

 

 

Paquito era casi un santo. Hacía el bien y sonreía cuando un amigo contaba un chiste, sin necesidad de necesariamente ser bueno. Siempre estaba orando y buscando cómo hacer el bien a alguna persona. 

 

Un día, estaba un poco distraído cuando escuchó la voz de Dios:

 

_Paquito, eres bueno ¿qué quieres que te conceda?

 

Paquito quedó tan impactado por ese milagro que le sucedía, que le respondió:

 

_Señor, estoy confundido, no puedo pensar bien, así que le preguntaré a mi esposa y te lo diré mañana.

 

Dios le contestó:

 

_De acuerdo, consúltala.

 

Al otro día, después de hacer la consulta correspondiente, Paquito fue al mismo sitio a esperar a Dios, y Dios no volvió a hablarle.

 

Estamos preparados para pedir sin dudar cosas difíciles de realizar.

 

Pero cuando hay la certeza de que nuestra solicitud será aceptada, dudamos acerca de qué pedir y ahí es cuando perdemos las oportunidades.