26/Apr/2024
Editoriales

Los Grandes Gobernadores de Nuevo León. Sócrates Rizzo, primera parte

 

¿Verdad que usted es Sócrates Rizzo? Preguntó la mujer. Era una guapa señora de unos sesenta años que había ido a desayunar a un restaurante ubicado por la avenida Gonzalitos con un grupo de amigas que festejaba a una de ellas que cumplía años. Las otras señoras estaban atentas a la respuesta del ex gobernador. _Así es, señora, estoy a sus órdenes, contestó Rizzo, quien acababa de salir de un Café político efectuado en el salón de eventos adjunto al mismo restaurante. 

De inmediato se pusieron de pie otras cuatro mujeres y entre las cinco lo invitaron a fotografiarse con toda la mesa de mujeres quienes, luego de la grupal, casi todas se tomaron una selfie con Sócrates Cuauhtémoc Rizzo García.

Escenas parecidas son cotidianas en la vida actual de Rizzo, un político que, sin haber nacido en cuna elegante, ni siquiera con un carisma arrollador, es de los pocos ex Gobernadores del Estado que llevan una vida normal, sin sobresaltos, trabajando para mantener su casa, la misma que tenía desde antes de ser alcalde de Monterrey y gobernador de Nuevo León.   

 

Los orígenes familiares de Sócrates Rizzo

Sócrates Rizzo nació en Linares, el 14 de septiembre de 1945, año que marca el fin de la Segunda Guerra Mundial. En esa ciudad vivió su infancia y cursó sus estudios primarios en el Colegio Linares, donde siempre aparecía entre los tres primeros lugares de aprovechamiento, incluyendo las clases de Moral, Historia y Liturgia. Formaba parte de la banda de guerra de su escuela, tocando el tambor.

Sus raíces genéticas son italianas. Su padre, Agapito Neftalí Rizzo, oriundo de Guanajuato, era hijo de una familia de Padula, Italia; y su madre Jovita García Decanini nacida en Esmeralda Coahuila, hija de una señora italiana, originaria de Luca, Italia. Agapito Neftalí Rizzo fue un técnico egresado de Chapingo, con especialidad en Asuntos Forestales y Agrícolas, colocándose en el gobierno como inspector forestal y de caza durante la mayor parte de su vida laboral, lo cual tenía el inconveniente de que lo cambiaban frecuentemente de lugar de residencia. 

Para domiciliarse en Nuevo León, el matrimonio Rizzo García adquirió una huerta en las afueras de Linares, con una pequeña granja avícola donde se criaban también gallos de pelea y un par de vacas lecheras. Así que Sócrates creció entre aguacates y naranjos, y aunque la huerta les permitía vivir bien, el cultivo y comercialización de flores gladiolas y crisantemas fue elLeitmotivdurante toda su niñez.   

Rizzo vivió la falta de servicios públicos. A la granja no llegaban las redes de agua, drenaje y luz, ni había pavimento en los últimos 300 metros para acceder a la propiedad. Estudiaba con la luz de un quinqué de petróleo y desde niño viajaba a Monterrey para comercializar huevo, naranjas y flores. Estas penurias le ayudarían en el futuro a entender la urgencia de quienes carecen de servicios públicos. 

 

El cambio de residencia de Linares a Monterrey

El gobierno reubicó a Don Agapito a Reynosa, y la familia se quedó en Linares. Al acabar la primaria, Sócrates fue a vacacionar con su padre y terminó tomando clases de inglés en McAllen, Texas, donde entendió la discriminación racial de aquella época. En Reynosa se matriculó en la Secundaria José de Escandón, hasta que, a insistencia de doña Jovita, la familia se movió a Monterrey rentando una casa en el Barrio del Mesón Estrella, que se pagaba con la renta de la Huerta en Linares. Hasta diciembre de 1957, Rizzo se inscribió en la Secundaria Número Uno, profesor Moisés Sáenz Garza. 

 

Sus inicios en la política estudiantil

A pesar de ir seis meses en desventaja de sus compañeros, gracias a la disciplina aprendida en el Colegio Linares pronto se emparejó, y no sólo pasó todas las materias, sino alcanzó el segundo lugar académico de toda la Secundaria. Por ello fue nombrado orador en la ceremonia de graduación en el Teatro Florida, de Calzada Madero, y fue donde se evidenció su liderazgo. Ya se había iniciado en esas lides con un inusual activismo político, pero pocos lo sabían. Participaba en las planillas de la Sociedad de Alumnos, quedando como responsable del periódico estudiantil. Para imprimirlo buscaba patrocinio en todas partes, y en una de esas conoció a don Alfonso Reyes Aurrecoechea, quien décadas después sería su suegro.  

 

Sus trabajos en el tiempo de vacaciones

Por más dueño que fuera de una oratoria de alto contenido ideológico y voz templada, y que sus altas calificaciones le dieran un perfil atípico de los líderes tradicionales de oratoria fogosa y pobre desempeño académico, Rizzo debía trabajar en vacaciones, al igual que miles de estudiantes de la época, pues la cultura del esfuerzo y el trabajo era parte de la vida. Así trabajó el primer año de boletero en los autobuses que cubrían la ruta Monterrey – Reynosa (los amarillos), pernoctando a veces en Reynosa. Al otro año trabajó en un taller de argollas, collares, y anillos de plata y oro. Y en el tercer año rentó, junto con otros compañeros, un local del nuevo mercado (Zaragoza y Tapia) donde vendían fruta y legumbres que en la madrugada adquirían en el Mesón Estrella.

 

Sócrates Rizzo apoyaba el programa de Libro de Texto gratuito

Su nombre llegó hasta los organizadores del apoyo al programa federal del Libro de Texto gratuito que enfrentaba a la opinión pública conservadora de Monterrey, y que realizó una gran manifestación frente al Palacio de Gobierno contra el Libro gratuito. Rizzo fue invitado por Arturo de la Garza González, quien convocaba a jóvenes en el PRI y le correspondió la comisión de perifoneo para llamar a la población en apoyo a los libros de texto gratuito, que ponía en igualdad de condiciones a las escuelas humildes y los colegios privados. 

En ese grupo Pro Libros de Texto gratuitos, participaban jóvenes del AJEFISMO que se reunían en el edificio de la masonería de la calle de Escobedo, mismos que, un par de años después, lo elegirían presidente de la Logia Ajefista “Libertad y Paz”.

 

Su paso por la Preparatoria

Entró a estudiar a la Preparatoria 1 de la Universidad de Nuevo León, en la época que los estudiantes protestaban por el incremento de la tarifa del transporte urbano. Rizzo se sumó a las protestas en uno de los grupos menos agresivos, aunque fue visto en una ocasión arriba de un camión secuestrado. Desde luego que eran secuestros light,pues sólo duraban un rato y nadie robaba un centavo de la caja receptora instalada en la entrada de los autobuses. Rizzo fue electo Representante Alumno ante el Consejo Universitario, y en ese carácter fue invitado por Celso Garza Guajardo al “Primer Festival de la Juventud y los estudiantes nuevoleoneses por la paz, la amistad y la liberación nacional” que se celebraría los días 13 y 14 de abril de 1963.

 

El Sabinazo

Este evento levantó ámpula entre los conservadores que se presentaron como Cruzada Regional Anticomunista –CRAC-, presidida por Rogelio Sada Zambrano (quien tres décadas después sería su adversario en la elección de gobernador) realizando toda una campaña mediática contra el Festival de Sabinas Hidalgo. Así que, desde la inauguración en la plaza principal de Sabinas, hubo una recepción de personas y automóviles que rodearon a los jóvenes hasta que, “oportunamente”, llegaron patrullas con policías estatales y los convencieron de subirse a unos camiones de redilas para regresarlos a Monterrey, y acá los liberaron. Por cierto, al identificarse ante los policías judiciales, Rizzo dijo que se llamaba Sócrates Cuauhtémoc Rizzo y no le creyeron, así que tuvo que inventarse un nombre común. 

 

Inicia en Medicina y se cambia a Economía

En el segundo año de Prepa se inscribió en Ciencias Biológicas, dada la influencia de la familia Decanini creía que debería ser médico. Presentó examen de admisión en la Facultad de Medicina, y lo pasó muy bien –cuarto lugar de todos los que presentaron-, pero su atención estaba siempre en los temas socio económicos hasta que se convenció de estudiar economía. Inició otra vez desde el examen de admisión ahora en la Facultad de Economía, que en aquel tiempo estaba de moda. En esa Escuela había maestros extranjeros y becas a los mejores estudiantes de las fundaciones Ford y Rockefeller. Pasó muy bien el examen y comenzó la historia de su vida profesional. 

La Facultad se ubicaba en el Barrio Antiguo, por la calle de Abasolo, y la directora era Consuelo Meyer, quien implantó un sistema de calidad estupendo, con asistencia obligatoria a la biblioteca, entre otras medidas que hacían de esta carrera una de las más difíciles, al grado que, de cien alumnos, sólo terminaban 20. Rizzo obtuvo tan buenas calificaciones que le otorgaron una beca bajo un sistema del tipo Lancaster, que los alumnos destacados daban clase a los de grado inferior. 

Meyer no llegaba a esos extremos, pero sí obligaba a los becarios a ser auxiliares del maestro titular. Así que Rizzo era “laboratorista” y daba “laboratorios” de Microeconomía, Contabilidad nacional, Comercio Internacional, y entre sus alumnos estaba la joven estudiante Alma Elisa Reyes, quien sería tiempo después su novia.

Corría apenas el año 1963 y en la Facultad de Economía ya se sentía el ambiente previo al movimiento internacional que explotaría en 1968. El debate cotidiano era entre las nuevas corrientes de izquierda versus las de la teología de la liberación, por lo que desde ese tiempo ya se advertía –como sucedió- que algunos de los mejores estudiantes se inscribirían posteriormente en los diversos grupos de guerrilleros.  

 

Sus estudios superiores y su matrimonio con Alma Elisa Reyes

Sócrates Rizzo adelantó en verano algunas clases del último semestre para terminar antes la carrera y poder tomar la maestría en el Colegio de México. Iban de aquí cinco pasantes de Economía juntos y se les permitió que obviaran el curso introductorio entrando directo a estudiar becados la maestría. Alma Elisa Reyes se inscribió en el curso propedéutico del Colegio de México cuando Rizzo cursaba ya el último semestre y recibía la carta de aceptación de la Universidad de Chicago para cursar el Doctorado.  Se casaron y fueron juntos a Chicago. Como Rizzo ya trabajaba en la Secretaría de Recursos Hidráulicos en evaluación de proyectos, la SRH le apoyó en su viaje a estudiar el Doctorado en Chicago.  

Ya en Chicago, Alma Elisa Reyes aprobó el examen para ingresar a la Maestría. Cabe señalar que los exámenes de admisión en esa Universidad son difíciles y en promedio reprueban la mitad de los sustentantes. Rizzo lo aprobó en la primera oportunidad para nivel de Doctorado. Inició tomando clases con maestros de la talla de Milton Friedman, Gary Becker, Harry Johnson, Stilger, Mudell y McCloskey. Pasó sin problemas esta etapa y se concentró en su especialidad: Economía Internacional y Finanzas Públicas, aprobando todos los exámenes en la primera oportunidad.

 

Su carrera en el servicio público

En 1975 regresó a México invitado por su ex maestro Leopoldo Solís, quien se desempeñaba como alto funcionario de la Secretaría de la Presidencia, siendo Rizzo asesor investigador de temas Macroeconómicos y sumándose al equipo que elaboraba un plan Nacional de Desarrollo para el Secretario Cervantes del Río –precandidato a la Presidencia-, pero al ser López Portillo el candidato, no se le dio uso al documento. Posteriormente, fue asesor en materia económica de David Ibarra, director de Nacional Financiera, precisamente cuando la economía mexicana se petrolizó y al final del sexenio se derrumbó, aprendiendo más de su especialidad pues pudo ver de cerca y analizar la hecatombe económica de 1982, con López Portillo.     

Luego sucedió el problema entre las Secretarías de Hacienda y Programación y Presupuesto, abriéndose la coyuntura para que David Ibarra fuera Secretario de Hacienda, y Rizzo García fuera nombrado Director de Asuntos Monetarios. Fue en ese tiempo cuando se relacionó en el marco del Colegio de México, con un estudiante del último año de Economía de la UNAM: Carlos Salinas de Gortari.

 

Su relación con Carlos Salinas de Gortari

Al llegar a ser Salinas de Gortari Director General del IEPES del PRI, invitó a Rizzo a participar en la elaboración del Plan gubernamental del candidato Miguel de la Madrid. Tras la elección de 1982 que ganó De la Madrid Hurtado, Salinas de Gortari fue Secretario de Programación y Presupuesto, y nombró a Rizzo Director General de Programación y después Director General de Política Económica y Social. Derivado de ello, Rizzo integraba el documento de criterios de la política económica y presupuesto de ingresos para la Cámara de Diputados. Entre sus funciones se incluía la de defender la política económica gubernamental, por lo que de pronto su vida cambió, pues descubrieron que era un excelente tribuno y terminó siendo Diputado Federal por el Distrito 38 del Distrito Federal.    

 

Hacía equipo con Luis Donaldo Colosio

En la Cámara de Diputados, Rizzo García hizo equipo con Luis Donaldo Colosio, hasta que éste se fue a la campaña presidencial y Rizzo quedó de presidente de la importante comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. Al terminar esa Legislatura, en agosto de 1988, Rizzo García fue presidente de la Comisión Instaladora del Colegio Electoral, que hacía las funciones de los actuales órganos de legitimación Electoral.

Es necesario saber que, desde el 6 de enero de 1988, Sócrates Rizzo era presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Nuevo León. Esta posición era relevante debido a que el gobernador Jorge Treviño se había identificado con las aspiraciones de Alfredo del Mazo como posible candidato a la Presidencia de la República, y se requería que el PRI estatal sintiera compromiso con el candidato Salinas de Gortari, quien tenía sus raíces en Agualeguas, NL. Además, Rizzo García era el ideal porque había sido alumno de Jorge Treviño en la Facultad de Economía, y ambos se respetaban, pues Sócrates tuvo la mejor calificación en la materia de Historia de las Civilizaciones, que daba Treviño. Continuará…   

 

 

 

Fuentes

 

Jorge Fernández Menéndez “Nuevo León: fotos de familia con candidato” Nexos 161, 1991.

El Partido de la Revolución, Institución y Conflicto (1928-1999) Miguel González Compeán (coordinador), FCE, 2000

Génesis y Evolución de la Administración Pública del Estado de Nuevo León, Isabel Ortega Ridaura