18/Apr/2024
Editoriales

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Junio 26 de 1910: en un proceso electoral viciado, resulta triunfante una vez más el presidente Porfirio Díaz. Los resultados electorales no sorprendieron a nadie, pues el día 6 de Junio anterior había sido detenido en Monterrey el candidato opositor Francisco I. Madero, so pretexto de que con sus arengas había incitado el 4 de junio de 1910, en Valladolid, Yucatán un levantamiento en contra del gobierno de la República. Madero era un fuerte candidato que había recorrido el territorio nacional en una campaña proselitista apoyado por el Partido Nacional Antireeleccionista que lo había postulado a la presidencia de México. El embajador norteamericano Henry Wilson informó a su gobierno que los anti reeleccionistas ganaron solamente 20 de las 301 casillas electorales instaladas en la ciudad de México, por lo que los opositores Francisco I. Madero y Francisco Vázquez Gómez, candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia respectivamente, habían sido rechazados por el electorado. Con esos resultados oficiales y con Madero en la cárcel, el 4 de octubre Porfirio Díaz y Ramón Coral fueron declarados reelectos como presidente uno, y vicepresidente el otro, para el sexenio 1910 – 1916. Sin embargo, ese acto no sería el término del proceso de sucesión, sino por el contrario, el inicio de otro con mayor fuerza, pues dos días después Madero escapa de la cárcel de San Luis Potosí, y el día 7 cruza la frontera rumbo a San Antonio, Texas, donde lo esperaban Juan Sánchez Azcona y Paulino Martínez. De inmediato inician los preparativos para el estallamiento de la Revolución Mexicana.