27/Apr/2024
Editoriales

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Julio 27 de 1813: fusilan en Monterrey, entre este día y los primeros de agosto a los insurgentes Ruiz, Rodríguez, J. Francisco Carrasco, Pedro Cervantes, Francisco Peña, Pedro de Ávila, Juan Rodríguez, Francisco López, Antonio Reyes, Guillermo de Ávila, José María Guajardo, José García, José Rafael Reyes, Francisco Valtierra y Miguel Escamilla. Estos insurgentes son héroes de la Independencia nacional, pues de esa gesta heroica Nuevo León honra a muy pocas personas, debido tal ez a que hubo escasos hechos de armas en comparación de otros estados. 

Después del golpe asestado al bando insurgente en Acatita de Baján en donde Hidalgo, Allende, y demás jefes militares fueron prendidos y luego fusilados, la guerra de independencia se trasladó al sur con Morelos, Guerrero y Álvarez, y a Veracruz con Guadalupe Victoria. Sin embargo, el insurgente tamaulipeco Bernardo Gutiérrez de Lara, perseguido por el comandante Joaquín Arredondo, operaba desde Luisiana y Texas guerrillas en las Provincias Internas de Oriente. De sus agentes, José de Herrera atacó el 3 de julio de 1813 nuestra Ciudad, con 200 hombres de Pesquería Grande, -hoy García-, entrando por la ahora calle Hidalgo, que era el camino real a Saltillo. La defensa a cargo del capitán José María de Sada, defendió la plaza por más de dos horas, y la batalla quedó sin triunfador, retirándose los insurgentes que se llevaron un cañón de los realistas y 200 voluntarios -entre pobres y desertores- de Sada que se sumaron a la insurgencia. Pero Herrera, Villagrán y su ejército fueron atacados por los españoles Timoteo Montañez y Adeodato Vivero, en La Chorreada, jurisdicción de Salinas -hoy Salinas Victoria-, triunfando los realistas, resultado 52 insurgentes muertos, muchos heridos y 27 prisioneros. Un artillero desertor de la Compañía de Monterrey, Leandro de la Cruz, fue fusilado momentos después de la batalla en la plaza de Salinas, por traidor capturado in fraganti, colgando su cabeza de un árbol como escarmiento público. Traídos a Monterrey, José María Peña, desertor del presidio de San Fernando, Tamaulipas, que había participado en el asalto a Monterrey fue condenado y fusilado el 28 de julio.

El día anterior se había condenado a muerte al indio pame José María González, mozo de silla (caballerango) de la misión de la Divina Pastora, pero como no entendía lo que eran el sacramento de la reconciliación y la eucaristía, se le perdonó la vida, pues las leyes de Indias prohibían matar aborígenes no civilizados aún en pecado.

Otros ocho insurgentes de clase humilde fueron azotados en público de entre 10 y 50 latigazos, y entregados al Gobernador del Nuevo Santander en la Villa de Aguayo -hoy Ciudad Victoria-, quien los distribuyó para trabajos forzados en los presidios de Perote, San Juan de Ulúa, y la Habana, Cuba.

Sin embargo, José de Herrera y Julián Villagrán, escaparon y siguieron promoviendo la Independencia en el norte del Nuevo Reino de León y Nuevo Santander.

Aunque finalmente, Herrera fue capturado y fusilado después en San Luis Potosí.

Y Julián Villagrán “Julián I Emperador de la Huasteca”, fue aprendido por el cruel capitán general de las Provincias Internas de Oriente, Joaquín Arredondo “El Virrey del Norte”.

La Guerra de Independencia pasó casi desapercibida por los nuevoleoneses, excepto por estos insurgentes fusilados, que realmente son héroes sin reconocimiento.