26/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Julio 21 de 1846: Las tropas de Mariano Arista se unen en Linares a las de Tomás Mejía, y se trasladan a Monterrey para defender la plaza del invasor norteamericano. Esta fuerza unida daba la impresión de que el encuentro inminente contra los norteamericanos podría ser ganado por los mexicanos. El paso por nuestra ciudad de las tropas norteamericanas era obligado para continuar con la invasión rumbo a la capital de México.

Sin embargo, en nuestro país sucedían en aquellos tiempos muchas cosas que cambiaban el rumbo de la historia como que, una semana después, el 28 de julio, Nicolás Bravo asumiría la presidencia interina del país, pues el 2 de julio anterior, el gobierno mexicano apenas había reconocido el estado de guerra con Estados Unidos y autorizado la ampliación de los efectivos del ejército y la realización de los gastos necesarios para la defensa del país. En cambio, para el día 7 de julio los invasores, a través del cónsul norteamericano Thomas O. Larkin y el comodoro John Sloat, ya habían declarado hasta la anexión de California a Estados Unidos, izando la bandera de las barras y estrellas en el edificio de la aduana de Monterey, California.

A un mes después de esto, el 8 de agosto, el ejército invasor ya estaba ocupando Reynosa, Mier y Camargo, y estableciendo su cuartel general en este punto. Por tanto, todo cambió y nuestra ciudad quedó sólo bajo la protección del general Ampudia y el Ejército del norte, aunque recibe el 9 de septiembre refuerzos del general Simeón Ramírez, que había partido de la ciudad de México el 27 de julio anterior, y tropas había que decían no obedecer órdenes que no fueran del general Tomás Mejía, causando más descontrol entre los defensores de la ciudad de Monterrey.

En el colmo de la indolencia, el 14 de septiembre llegó Santa Anna a la ciudad de México a ¡festejar con tres días de iluminación el palacio nacional, que México era independiente de España! desde 1821. Mientras ese mismo día, el comandante norteamericano Samuel Francis Du Pont ocupaba La Paz, Baja California y apresaba a los bergantines mexicanos Correo, La Paz, Manuela y a las goletas Julia, Mazolea, Elisa, Victoria, Adelaida, y a la balandra San José. Ya para el 18 de septiembre, las tropas invasoras norteamericanas estaban frente a Monterrey, reconociendo la zona donde se celebraría La Batalla de Monterrey...