Qué difícil es tener éxito. Muchas veces fracasamos y muy pocas acertamos en lo que hacemos. En mi vida he fallado en nueve negocios en promedio para tener éxito en uno. Y algunas veces he pensado que un negocio que es exitoso lo será toda la vida, cuando el tiempo me ha demostrado que nada es para siempre, pues así como algunos negocios en los que fracasé ahora alguien tiene éxito en ellos, también mis negocios exitosos luego de un tiempo han dejado de serlo.

Esto significa que nada –ni el éxito y el fracaso- son permanentes.

Una vez le preguntaron a Edison por qué no se había desanimado ante todos los fracasos previos al éxito, y respondió: “No fracasé, solo descubrí 999 maneras de no hacer un foco”. 

Este principio de fracasar más que acertar es el que los ingenieros llamamos “prueba y error” que vale en el trabajo; en el amor (hay quienes se la pasan cambiando de pareja hasta que encuentran a la adecuada); y en las pasiones o vocaciones (muchos encontramos hasta en la madurez de nuestra vida la actividad que realmente nos apasiona).

Esto debe servir para que no nos desanimemos en el camino al éxito, pues como dijo Edison, no estamos fracasando, sólo aprendiendo cómo no hacer determinada cosa”. Eso sí, aquel que no tiene la pasión o persistencia para conseguir sus metas, está frito.