Editoriales

Noviembre 29 de 1815: José María Morelos, preso desde el pasado día 5 de noviembre, es trasladado de la Inquisición a la Ciudadela, en la ciudad de México

Noviembre 29 de 1815: José María Morelos, preso desde el pasado día 5 de noviembre, es trasladado de la Inquisición a la Ciudadela, en la ciudad de México. El Siervo de la nación había continuado la guerra de independencia iniciada por su maestro Miguel Hidalgo, y llevado las cosas a un nivel tal, que el virreinato estuvo a punto de caer.

Llegó el momento que para el 10 de julio anterior, la Inquisición estaba desesperada y tomó la decisión de publicar un edicto donde declaraba excomulgados a todos aquellos que poseyeran una copia de la Constitución de Apatzingán, así como a quienes no denunciaran estos papeles y a todos aquellos que propagaran la insurrección. Bastante más nerviosos anduvieron por esos días los realistas cuando supieron que Morelos había escrito desde Puruarán al presidente norteamericano James Madison, para que reconociera la independencia de México y nombrara a José Manuel de Herrera como ministro plenipotenciario. Sin embargo, Madison prohíbe el 1º de septiembre que en Estados Unidos se hagan alistamientos y compras para ayudar a los insurgentes.

Así, el 28 de septiembre, sale el Congreso de Uruapan, custodiado por Morelos, rumbo a Tehuacán. La insurgencia iba avanzando bien, hasta que el 5 de noviembre Morelos llevaba precisamente al Congreso de Temalaca a Pilcaya, y fueron atacados por Manuel de la Concha. Al verse sorprendido Morelos, es prendido por Matías Carrasco, quien se lo lleva a Atenango del Río.

Y es cuando comienza el calvario de Morelos puesto que es llevado a la Inquisición el 22 de noviembre, y a pesar de que el defensor José María Quilés propuso el canje de la libertad de Morelos a cambio de su ayuda para sofocar a la insurgencia, inició un proceso degradante tanto para Morelos como para la insurgencia, pues las torturas hicieron que el héroe nacional dé informes que pusieron en peligro el objetivo de independizar a nuestro país. A pesar de su conducta de cooperación con sus enemigos, Morelos no obtiene ninguna consideración y termina siendo fusilado el 22 de diciembre y sepultado en la parroquia de Ecatepec.