02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

30 de septiembre de 1765: Nace en Valladolid -hoy Morelia- José María Morelos y Pavón, quien sería sacerdote, militar, jefe insurgente y héroe nacional. Su padre fue Manuel Morelos, humilde carpintero que casó con Juana Pavón. Morelos fue huérfano de padre y su madre no podía mantenerlo, así que se lo confió a su tío Felipe, quien le enseñó el camino del trabajo campesino y honesto. A los 25 años ingresó al colegio de San Nicolás de Valladolid, que dirigía el cura Miguel Hidalgo, y cinco años bastaron para que obtuviera el título de bachiller y continuara sus estudios eclesiásticos. Trabajaba de preceptor y clérigo en la parroquia de Uruapan y con ese magro ingreso mantenía a su madre y a su hermana María Antonieta. Al morir Doña Juana en 1810, quedó disponible para el movimiento que su maestro Hidalgo había empezado en Dolores, así que el 20 de octubre de ese mismo año en el pueblo de Charo, Morelos se unió a Hidalgo y juntos marcharon a Indaparapeo. Tenía 45 años y traía detrás de él, a 45 hombres con lanzas, machetes y algunas pistolas. Pasó por Zacatula, Petaltlán, Tecpan, y Coyuca hasta Acapulco y para fines de noviembre, ya traía a 3 mil hombres armados con las armas arrebatadas a los realistas. Su nombre se convirtió en leyenda cuando venció al comandante de la 5ª división de las milicias en Oaxaca, Francisco Paris, con un ejército improvisado y mucho menor. Entre sus subalternos estaban Hermenegildo Galeana y los hermanos Miguel y Leonardo Bravo, quienes, mientras Morelos estaba con sus hombres al pie de la sierra Madre, enfrentaron con éxito a los realistas en Chichihualco y alcanzaron a entrar a Chilpancingo. Morelos tomó Tixtla para terminar siendo “dueño” de todo el actual estado de Guerrero. Y para fines de ese año 1811 ya dominaba además Michoacán, México, Oaxaca y Puebla. 

El virrey Venegas comisionó a Félix María Calleja para enfrentar a Morelos, y lo alcanzó a sitiar en Cuautla, pero escapó del cerco, no sin perder a sus mejores hombres. Morelos reanudó su reclutamiento hasta revivir su ejército, venciendo a sus enemigos en Huajuapan, Tehuacán y Acultzingo, abriéndose el camino de Oaxaca. Con 5 mil hombres entró a esa ciudad el 25 de noviembre de 1812 y luego de tomar la plaza, fusiló a los jefes españoles Aristi, Régules y Bonavia. Morelos convocó al Congreso Nacional Constituyente en Chilpancingo, que se reunió el 13 de septiembre, y ante el tratamiento que ese cuerpo colegiado le daba nombrándolo como “su Alteza”, Morelos no lo aceptó, nombrándose mejor “Siervo de la Nación”, luego de presentar su declaración de principios llamada ‘Los Sentimientos de la Nación’ en el Congreso del Anáhuac, sobre los que debía asentarse el futuro estado mexicano. 

En ese Congreso, Morelos representó al Nuevo Reino de León -Nuevo León-, lo que nos debe llenar de satisfacción pues tuvimos al mejor diputado que hubiésemos querido. Finalmente llegó el ocaso de su carrera militar, después de que Calleja lo derrotara en Lomas de Santa María en diciembre de 1813, pues allí comenzó el declive con derrotas recurrentes y el Congreso Insurgente le retiró la confianza, siendo abandonado por sus segundos. El 5 de noviembre de 1815 cayó en poder de los españoles en Temazcala, fue llevado a México a una cárcel secreta de la inquisición, enjuiciado, despojado de sus privilegios sacerdotales y declarado “hereje, fautor de herejes, traidor a Dios, al rey y al Papa”. Condenado a muerte, el 21 de diciembre Manuel de la Concha lo obligó a hincarse a escuchar su sentencia. Al día siguiente José María Morelos fue fusilado de rodillas y por la espalda, siendo considerado como uno de los más grandes héroes independentistas.