Internacional

Ataque de insurgentes deja 6 muertos en Siria

DAMASCO  — Insurgentes atacaron con explosivos un pueblo en manos del gobierno sirio en el noroeste del país matando a cinco niños que jugaban cerca de un monasterio y a una mujer, e hirieron a otros, informaron el domingo la prensa estatal siria y un sacerdote.

La televisión estatal dijo que los bombardeos causaron un gran daño material a la ciudad de Suqailabiyah justo antes del mediodía. Indicó que los fallecidos también incluían a una mujer de 35 años.

La agencia estatal de noticias SANA informó que las tropas sirias respondieron disparando proyectiles contra las posiciones de los insurgentes en el extremo sur de la provincia de Idlib, el último bastión rebelde importante en el país. Hayat Tahrir al-Sham, vinculado a Al-Qaida, es el principal grupo insurgente en el área.

El sacerdote Maher Haddad dijo a The Associated Press por teléfono desde Suqailabiyah que un cohete golpeó cerca de un grupo de niños, matando instantáneamente a cinco e hiriendo a otros. Agregó que la mujer murió en una calle cercana por un cohete separado.

“Los niños salieron a jugar después de algunos días de calma”, dijo Haddad, ya que la ciudad no había sido atacada durante días por los insurgentes que fueron empujados más hacia el norte por el ejército sirio.

El enclave ha sido sacudido por una ola de violencia desde el 30 de abril, matando e hiriendo a decenas y obligando a unas 150.000 personas a huir de sus hogares en áreas controladas por los rebeldes. Idlib es el hogar de unos 3 millones de personas, muchas de ellas desplazadas de otras partes del país.

Las tropas sirias han estado a la ofensiva avanzando con ataques aéreos durante días, capturando varias ubicaciones y pueblos estratégicos.

Las muertes del domingo son otro golpe para un cese del fuego alcanzado en septiembre entre Rusia y Turquía. La tregua evitó una ofensiva del gobierno en Idlib.

La agencia de noticias oficial de Turquía, Anadolu, informó el domingo sobre despliegues militares turcos en la provincia de Kilis, en el sureste y en la provincia de Hatay, en el límite de Siria. El nuevo comando y los despliegues de vehículos blindados debían reforzar las unidades fronterizas, según la agencia.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un grupo con sede en Gran Bretaña, dijo que desde la última ola de violencia que comenzó a fines del mes pasado, 297 personas han fallecido.