24/Apr/2024
Editoriales

Mayo 25 de 1911: Francisco León de la Barra, embajador de México en Estados Unidos, comunica a Henry L. Wilson, embajador de Estados Unidos en México, la renuncia de don Porfirio Díaz a la presidencia de la República.

Mayo 25 de 1911: Francisco León de la Barra, embajador de México en Estados Unidos, comunica a Henry L. Wilson, embajador de Estados Unidos en México, la renuncia de don Porfirio Dí­az a la presidencia de la República. Ya desde el 14 de mayo anterior, León de la Barra le habí­a anticipado a Wilson que tanto Dí­az como Corral, su vicepresidente, renunciarí­an y que él (León de la Barra) serí­a el presidente interino.

Posteriormente al aviso anticipado que León dio a Wilson, se firmaron los acuerdos de Ciudad Juárez, mediante los cuales, Porfirio Dí­az acepta dejar la presidencia de la república, y León de la Barra queda al frente del gobierno mexicano de mayo 6 a noviembre 6 de 1911, para entregar el poder al presidente Francisco I. Madero, electo democráticamente en ese lapso. Hasta aquí­ la historia, y considero necesario comentar que la dependencia polí­tica de México de Estados Unidos, ha sido un pesado lastre para nuestro paí­s, y se genera cuando se evidencia la diferencia económica y militar entrambas naciones.

Nada se deberí­a informar a ese paí­s de los futuros cambios de gobernantes en el nuestro, pero todo indica que se les solicita (a los gobernantes norteamericanos) una especie de permiso extraoficial para hacerlos. Lo peor es que no sólo saben lo que va a suceder en nuestra nación, sino que se dice que ellos lo provocan. Es triste enterarnos por las entretelas del poder, que hasta nuestros dí­as, los cambios importantes en nuestro sistema de gobierno se estudian y acuerdan previamente con el gobierno norteamericano. Lo más grave es que no sólo es México, sino muchas otras naciones en el planeta las que dependen polí­tica y económicamente del imperio norteamericano.