El 19 de marzo, los directivos del Banco de México decidieron, sin tomar en cuenta el interés nacional y la grave situación de nuestra economía; hacerse cómplices del plan de la Reserva Federal norteamericana para rescatar, con dinero público, el podrido e insalvable sistema financiero internacional. El Banxico firmó un acuerdo para un “mecanismo swap” para, dice en su comunicado “proveer de liquidez” en dólares, al sistema financiero mexicano hasta por 60 mil mdd, 10 mil mdd más que lo acordado en el rescate de 1994-95, el inicio del Fobaproa. Ya para el 1 de abril, el Banxico inició “subastas de créditos en dólares” por 5 mil mdd destinados a “las instituciones financieras” con deudas en dólares. 5 días después otra igual y por el mismo monto, aunque sólo logró colocar 1590 mdd. Para el 21 de abril, el Banxico anunció otro programa de rescate pero de mayor envergadura: 750 mil millones de pesos, unos 30 mil mdd; para “garantizar el funcionamiento ordenado de los mercados de cambio y de deuda” y para “proveer liquidez a los mercados financieros para su funcionamiento ” y evitar “cambios bruscos” en el tipo de cambio o en los mercados bursátiles.
Para este fin, el Banxico diseñó diferentes instrumentos o trucos financieros. Desde el simple “mayor suministro de liquidez en horas de su funcionamiento” al mercado financiero; hasta “reportó” ( o sea empeños como en el Monte de Piedad) de títulos de gobierno como Cetes, Bondes, etc. o la ampliación de los “títulos que califican” para el “reportó” de valores diversos a cambio de liquidez. El Banxico ofreció también recursos por la vía de sus títulos de deuda y otros papeles, a empresas que “cotizan en el mercado bursátil cuyos títulos tienen baja operatividad y liquidez”, para evitar alteraciones en esos mercados como resultado de la contingencia del Covid-19 y otros acontecimientos anteriores como la caída de los precios del petróleo, el debilitamiento del peso etc. Es más, el Banxico ofreció también liquidez para empresas extranjeras que operan en México durante las 24 horas del día para que puedan realizar operaciones mientras los mercados nacionales están cerrados. El Banxico también ofreció, unos 250 mil mdp a “la banca múltiple” a las “instituciones de crédito”, incluyendo “la banca de desarrollo” ---faltaba más--, para poder recurrir a estos mecanismos de obtención de recursos y, supuestamente, “canalizarlos a las Pymes” y a personas que así lo solicitaran, cosa que no ha ocurrido hasta la fecha. Aunque el Banxico asegura que para esta inyección de dinero al mercado financiero “no se utilizaron las reservas”, el caso es que de todas formas registro las subasta de crédito en dólares de abril 1 y 6 , como “pasivos” por 158, 497 mdp. Los créditos de abril a un plazo de 84 días, como las demás provisiones de liquidez o créditos, tienen intereses “1.1 vez la TIEE”, es decir a las tasas actuales que al Banxico ha colocado en el rango de 5.2% en el fondeo diario. Además, el 22 de junio, dos meses después de iniciar las inyecciones de liquidez al sistema financiero, anunció que realizará otras dos subasta de “crédito en dólares” por un total de 11 mil mdd, dizque para “recomprar” (rollover) la emisión de 6590 mdd de abril por una deuda a un dólar más barato y otros 4 mil mdd para quien los quiera. Cabe señalar que el acuerdo de Banxico con la Reserva Federal en la forma de un “mecanismo swap” por 60 mil mdd, se hizo al mismo tiempo que otros bancos centrales de 9 países que hicieron lo mismo: Brasil, Australia, Corea del Sur, Singapur, Dinamarca, Suecia, Nueva Zelanda y otros. Estos acuerdos existen desde el derrumbe financiero global del 2008, con el banco central Europeo, el de Suiza y el de Inglaterra. Desde entonces, la Reserva Federal ha venido invirtiendo dinero público en “alivios cuantitativos”, o compra de papales inservibles, deudas incobrables y a partir del año pasado, incluso de Bonos del tesoro (report market); para mantener a flote un sistema financiero que sólo es una montaña de deudas incobrables y bancos y fondos de inversión en quiebra. El Banxico metió de lleno a nuestro país en esa estafa en lugar de canalizar créditos a la actividad productiva o proyectos de infraestructura, rehabilitar el sistema de salud etc. Extrañamente, ningún organismos empresarial, ningún partido de oposición, ningún periodista famoso ha denunciado este endeudamiento. El Banxico sirve a intereses extranjeros parapetado en su “autonomía”.
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