02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Julio 18 de 1920: Muere ejecutado en el paredón de Monterrey a los 27 años de edad, el revolucionario Jesús María Guajardo Martínez. Nació en Candela el 29 de agosto de 1892, aunque existen versiones -sin documentar- que nació en El Carmen, Nuevo León, en el hogar de sus padres Juan José Guajardo Tijerina y María Martínez. Guajardo, de veintiún años, se incorporó al movimiento constitucionalista encabezado por el coahuilense Venustiano Carranza, a las órdenes directas del general neoleonés Pablo González, luego de haber estado brevemente bajo el mando del general Francisco Coss, en 1913. Su ‘aviente’ en el frente de guerra no pasó desapercibido por Pablo González, quien lo nombró coronel.

 

El talante de militar agresivo y disciplinado de Guajardo hizo que González le encargara un asunto muy delicado, pues en 1919, Carranza le había ordenado que de una vez por todas, acabara con el zapatismo. El plan fue que -según versiones orales- Guajardo fingiera tener fuertes diferencias con González, y le ofreciera a Zapata pasarse de su lado con todo y sus hombres. Desde luego que el caudillo del sur no era ningún palurdo, así que para confiar en él, le puso una prueba: que fusilara a 50 prisioneros que eran gente del general Victoriano Bárcenas, traidor del zapatismo, y Guajardo los ajustició, lo que le dio confianza a Zapata, pues muchos de los fusilados ya estaban en el ejército constitucionalista y habían atacado en forma artera a los zapatistas. Luego Zapata lo volvió a probar, pidiéndole que tomara Jonacatepec, misión que más o menos cumplió Guajardo, quien además le obsequió un caballo fino y mucho parque para los rifles zapatistas, así que Zapata terminó confiando en él. Guajardo invitó a Emiliano Zapata en abril de 1919 a que celebraran su incorporación al zapatismo a la Hacienda de Chinameca. Emiliano, un poco desconfiado porque en Chinameca había sufrido un atentado tiempo atrás, aceptó llegando el 10 de abril a la hora de la comida con un grupo de diez hombres escoltándolo. Cuando entraron Zapata y su escolta a la Hacienda, un clarín le ‘rindió honores’ que en realidad era la clave para que los fusileros apostados en la azotea abrieran fuego, y así sucedió; para cuando quisieron reaccionar Zapata y su escolta, ya estaban siendo acribillados. Jesús Guajardo cargó con el cuerpo de Zapata y se lo llevó a Pablo González.

 

Corre la especie de que Guajardo fue recompensado con una fuerte cantidad de dinero y ascendido a General. Pero poco le duró el gusto, pues un año después, el 21 de mayo de 1920, Carranza cayó muerto en Tlaxcalantongo. En su lugar quedó de presidente el sonorense Adolfo de la Huerta, a quien Guajardo no reconoció como tal, levantándose en armas, pero al verse derrotado huyó a Monterrey, en donde fue aprehendido tras una denuncia ciudadana. Jesús Guajardo fue aprehendido, juzgado y sentenciado a muerte, castigo que se cumplió de inmediato. Es fecha de que sigue el debate de la veracidad acerca de su traición a Emiliano Zapata.