20/Apr/2024
Editoriales

Otra de Churchill

Iba Winston Churchill a pronunciar uno de sus célebres discursos por lo que, encarrerado, detuvo a un taxi y le dijo al chofer: Rápido, lléveme a los estudios de la BBC. El taxista respondió: no puedo señor, me dijeron que en cuaquier momento hablará Churchill y no quiero perderme una coma de lo que nos diga, así que me estacionaré al escucharlo y si lo llevo a su destino usted se molestará.

Churchill se alegró con lo que escuchó y sin identificarse (en ese tiempo no todos los ingleses podían comprar periódicos y al ver que no lo había reconocido) le dio una libra diciéndole: _ Vamos amigo, no perdamos tiempo. En ese momento el taxista tomó la suculenta propina y le dijo: _ es usted todo un caballero, suba y que el Primer Ministro se vaya al diablo!