En estos tiempos todo es diferente. Quienes cocinan les basta preguntar a Youtube para que aparezcan mágicamente recetas fabulosas de cocina. Los estudiantes resuelven cualquier cantidad de respuestas preguntándole a “Siri” o directamente a Google. Todos leemos los periódicos del mundo por internet.

Los autos casi se manejan solos llevándonos a cualquier dirección con GPS. Hablamos y vemos a las personas por video llamadas. Así que, como abunda el conocimiento, lo que nos distingue ahora es el criterio y capacidad para tomar decisiones asertivas. Ya no se es más competente por saber más, sino por el carácter, la voluntad y sobre todo, el criterio. Quienes somos de generaciones anteriores debemos estar dispuestos a cambiar con el nuevo curso de las cosas. “Jugar” a desaprender mucho de lo que aprendimos en los tiempos idos. Eliminar de nuestro disco duro, el que cargamos encima de los hombros, los datos obsoletos para darle espacio al nuevo aprendizaje.

Además, es una realidad que las nuevas generaciones tienen mayor capacidad que nosotros, por haber nacido y crecido con la tecnología. Así que, si queremos competir, debemos desaprender muchas cosas. Los ingenieros tenemos que desaprender a usar la regla de cálculo; los médicos, sus antiguos sistemas de diagnóstico; los escritores, su arte de escribir y romper el papel lleno de tinta mal usada; los mecánicos las afinaciones de las bujías; y los políticos, desaprender el arte de mentir.