01/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Diciembre 2 de 1547: Muere en España, a causa de larga y complicada gastroenteritis, el capitán general de la Nueva España, el conquistador Hernán Cortés. Era viernes y acababa de dictar su última carta, -su testamento-, cuando reposaba en la casa que le había prestado su amigo el jurado Juan Rodríguez. Cortés era en ese momento un hombre rico, pero solo, y acababa de tener un fuerte disgusto con su hijo Luis, porque se había comprometido en matrimonio con la señorita Guiomar Vásquez de Escobar, que era sobrina de Bernardino Vásquez de Tapia, un mortal enemigo suyo (de HC). En su testamento, Hernán Cortés deshereda a Luis y los dineros que le tocaban, no se los dio a los pobres, sino al duque Medina Sidonia, uno de los hombres más ricos de España. Pero estaba ya tan débil, que no pudo ni siquiera  firmar el documento de marras, por lo que firmó por él, fray Diego Altamirano, escribe Juan Miralles, en "Hernán Cortés, inventor de México".

La única mujer presente, fue Juana de Quintanilla, quien había cuidado de su enfermedad y agonía a Cortés, por lo cual le dejó un vestido de luto y 50 ducados. El gran conquistador se fue enojado y amargado, pues además de su fuerte inquietud con la decisión de su hijo, sentía que la Corona española nunca comprendió su obra, y además le dolía el repudio de los mexicanos por las labores de la conquista. Empero la historia lo registra como uno de los conquistadores mayores que ha dado la humanidad. Desde luego que su figura es polémica, pues mucha gente le llama aún criminal, regateándole sus méritos en campaña. Hernán Cortés es una personalidad que vale la pena estudiar más, y hoy día se volvió a poner de moda cuando el actual gobierno de México le exigió al de España una disculpa por los excesos cometidos precisamente por Cortés y los suyos con los indígenas mexicanos. Confieso que no le he dedicado el tiempo necesario para estudiarlo -que se merece-, y espero pronto hacerlo, pues el personaje vale la pena. Se podrá diferir o coincidir con sus actos -realizados hace casi cinco siglos-, pero es innegable que su vida trascendió a la de él y de varias generaciones.