25/Apr/2024
Editoriales

¿Cómo elegir el emprendimiento correcto?

Elegir el emprendimiento correcto es una decisión en la que nos surgen muchas preguntas y en la  que vale la pena invertir el tiempo de análisis necesario para llegar a una idea de negocio rentable, que nos convenza al 100% y podamos desarrollarla en el tiempo.

  Según Ángel Pérez Torres, Docente en Cerem International Business School, el motivo que lleva a la mayoría de las personas a emprender es el deseo de mejorar su calidad de vida.  Esto no implica sólo ganar más, incluye hacer cosas diferentes, disfrutar día a día  y sentirnos realizados con nuestra labor. El emprendedor a pesar de estar conectado al negocio 24 horas al día por 365 días al año, no lo cambia por un trabajo de 8 horas. ¿La razón?: trabajar exclusivamente para uno mismo y no depender de un jefe.

  Para elegir un negocio duradero, debemos apostar por un modelo que aproveche al máximo nuestros recursos y, potencie nuestras ventajas competitivas.

  Lo primero que debemos tener presente es que un negocio siempre consiste en resolver los problemas de otras personas.  Si analizamos en qué tipos de tareas, problemas o actividades somos competentes, vamos a tener una buena orientación sobre la tipología de  negocio donde seríamos más atractivos para otros.

   La actividad emprendedora que predomina en la actualidad corresponde al sector servicios, dirigidos al consumidor final, empresas, internet y servicios web. La educación es un sector que se posiciona al alza debido principalmente a que ofrece  flexibilidad horaria, profesores expertos en las materias, experiencias con alumnos de diferentes lugares y  formación más personalizada.  

  Una vez que identificas tu área de emprendimiento, los pasos que siguen son definir el público objetivo, la competencia, la propuesta de valor, el plan de marketing y por último el plan financiero para evaluar costes fijos, variables, distribución, etc.

  Si tu idea de negocio puede resolver el problema o atender una demanda latente,  es tu oportunidad.

  ¡Manos a la obra!