19/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Agosto 26 de 1938: Una fuerte inundación se registra de nuevo en Monterrey, provocando pérdidas de vidas y económicas grandes. Un ciclón sin nombre, pues entonces no se acostumbraba aún bautizarlos, azotó a Monterrey lloviendo intensamente toda la noche, luego de tres décadas de haber sucedido la histórica y desastrosa inundación de 1909.

El río Santa Catarina bramaba y las colonias Mirador, Obispado, María Luisa y casi todo el sector poniente de la Ciudad fue inundado por las aguas del meteoro. El gran volumen que llevaba el Santa Catarina, rebasó la margen norte del río, entrando a esta parte de la Ciudad y se formó una especie de represa a la altura de la hoy avenida Gonzalitos.

El gobernador Anacleto Guerrero afrontó como pudo la tragedia que había dejado incomunicada a la Ciudad, pues los caminos y las vías del Ferrocarril se interrumpieron. Pasado lo más crítico del fenómeno natural, las críticas se centraban en preguntar por qué no se habían tomado medidas efectivas para prevenir otro desastre como el sucedido en 1909, y volvió a suceder, aunque menos aparatoso. La supuesta prevención resultó ser todo un problema, pues pasada la gran tragedia mencionada de 1909se construyó un “muro protector” de la ciudad que iba de la Calle Cuauhtémoc hasta la Calle de Bravo –hoy 5 de Mayo-, pero fue un fracaso debido a que cuando esa ataguía era rebasada por el agua de lluvia no había forma de desaguarla pues se estancaba el líquido por demasiado tiempo ya que el mismo muro hacía las veces de represa.

En este caso, el agua desbordada del río derrumbó uno de los muros protectores que estaba en la Colonia El Mirador, y destruyó varias residencias de lujo. El drenaje pluvial que décadas después se construyó desaloja a la mayoría de las aguas superficiales que escurren por la amplia superficie de pavimento existente. Sin embargo, a pesar de que la red de ductos de pluvial se ha extendido, hay aún una falta de cultura entre la población que tapa las alcantarillas o “bocas de tormenta” con basura, presentándose con cualquier lluvia torrencial las inundaciones. Una muestra la acabamos de vivir con la tormenta tropical Hanna que inundó buena parte de las vialidades citadinas. La Presa Rompepicos ciertamente ayuda a disminuir la velocidad del agua que baja por el Santa Catarina pero no es suficiente. Hoy recordamos la inundación de 1938, que aunque fue dañina, después hemos padecido peores como las de los ciclones Gilberto y Alex, que fueron más destructivos.