Espectáculos

Carlos Carrera habla sobre el estreno en Annecy de "Ana y Bruno"

Este lunes se producirá, fuera de concurso, en el Festival de Animación de Annecy, en Francia, el estreno mundial de "Ana y Bruno", el primer largo en este género que dirige el mexicano Carlos Carrera, ganador en 1994 de la Palma de Oro en Cannes con su cortometraje "El héroe" y luego autor de pelí­culas de ficción entre las que destaca la exitosa "El crimen del padre Amaro".

Basado en la novela de Daniel Emil, "Ana y Bruno" tiene como personaje central a una niña que se hace amiga de los seres imaginarios de los pacientes de un hospital psiquiátrico; con su ayuda trata de reunir a su familia que se separó. Cuenta con las voces de Galia Mayer y Daniel Carrera como Ana y Bruno, respectivamente. El resto del elenco vocal está integrado por Marina de Tavira, Damián Alcázar, ílvaro Guerrero, Regina Orozco, Héctor Bonilla, Mauricio Isaac y Silverio Palacios.

- Ha vuelto a la animación tras varias pelí­culas con actores. ¿Qué recuerda de su inicio en la animación?
Yo entré a estudiar cine porque desde niño quise hacer animación. Mis primeros ejercicios cinematográficos fueron de animación "chafitas", con muñecos de plastilina y dibujos. Aprendí­ del negocio cinematográfico haciendo animación. No habí­a mucha información en esa época y de alguna manera fue un proceso autodidacta, con libros y echando a perder. La animación fue mi primera vocación cinematográfica. La siento como un ambiente más controlado, no me sentí­a capaz de manejar todo lo que implica el cine de ficción. Mi primera animación fue "Malayerba nunca muerde", que empecé a hacer cuando estudiaba comunicación en la Ibero, y seguí­ el trabajo durante mis primeros años en el CCC. Los cortos de animación que habí­a hecho, mi experiencia en la escuela, además de la suerte de que se abriera el concurso de óperas primas en el CCC, me permitió entrar de lleno a hacer cine de ficción; aunque también aplicaba lo que hací­a en la animación para aprovechar bien los recursos. Los castings de mis pelí­culas los hice a partir de la imagen: primero dibujaba al personaje y luego veí­a qué ser humano empataba con lo que habí­a ideado en mi cabeza. Al final me siento cómodo en ambos medios. El héroe habí­a sido planeada primero para hacerse en ficción, como un ejercicio que escribí­ en el CCC de plano secuencia, pero era imposible hacerlo en ficción. Guardé el guion y decidí­ después desarrollarlo en animación. Cuando el IMCINE empezó a producir cortos de ficción, presenté el proyecto y me dieron el apoyo. Fueron muy importantes los premios (incluido el de Cannes) porque a partir de ahí­ se sumaron más animadores para hacer cortometraje de animación.

- "Ana y Bruno" ha tenido una muy larga gestación, ¿cómo surgió el proyecto?
Pablo Baksht, productor de "El héroe", me propuso la idea de empezar a producir un largometraje, dar un paso adelante. Querí­amos un producto con mayores valores de producción. Yo tení­a un proyecto y él empezó a desarrollar otra historia que al final se volvió "Ana y Bruno". Me gustó mucho la historia y empezamos a trabajar un storyboard. Con el guion ayudó Flavio González Mello y tuvimos apoyo de jóvenes conocedores de la técnica de animación en computadora para levantar un proyecto de estas caracterí­sticas en México. También conseguimos el financiamiento inicial con el Eficine y Fidecine. En principio no tení­amos claro el acabado de la animación, hicimos experimentos con técnicas de 3D para que pareciera 2D y otros más radicales con uso de acuarela, pero era caro y complicado.

- Precisamente el aspecto económico es el que ha retrasado la finalización de la pelí­cula. No ha sido un camino fácil...
Por lo que nos planteábamos, la pelí­cula resultó ser más cara que lo que se producí­a normalmente en México; ahí­ radicó la complicación. No es una historia reconocible como animación comercial para niños, no tiene chistes ni albures disfrazados. Cuando grabamos las voces (primero se graban las voces y luego sobre eso se anima), insistimos mucho en que para la pelí­cula animada en español tení­amos que grabar primero las voces definitivas y mucha gente en la industria decí­a que era un error, que lo que normalmente se hací­a era grabar en inglés los diálogos con voces provisionales para poder maquilarla en el extranjero y después doblarla al español, pero al ver los resultados de esas pelí­culas pues no me latí­a mucho. Todo eso iba sumando problemas: la historia rara, los nombres raros, una pelí­cula en español para el mercado internacional. Todo eso dificultó el financiamiento, a pesar de que en 2010 tení­amos la primera secuencia de la pelí­cula, año en el que empezó la producción. La pelí­cula estaba proyectada para terminarse en 2013, pero como expliqué no tení­amos completo el financiamiento. No es que hayan sido siete años de trabajo continuo. No es tan grave el problema si sabemos que una pelí­cula de animación tarda en producirse en promedio tres años. Finalmente los productores Mónica Lozano y Alex Garcí­a respaldaron el proyecto, además de Anima Estudios, que fueron intermediarios con un estudio de la India.

- ¿Cómo ve ahora mismo la situación del género de la animación en México?
Cuando yo empecé a hacer cine habí­a pocas experiencias. Habí­a estudios que maquilaban animación para televisión pero no habí­a más allá de eso. Las primeras pelí­culas de animación eran muy complicadas de hacer porque no habí­a una industria. Los estudios abrí­an y producí­an, pero por los costos cerraban y nunca hubo continuidad. Fue hasta que Anima Estudios empezó a hacer pelí­culas con la asistencia de computadoras. Lo digital facilitó un poco la animación. En México hay dos vertientes de la animación: por un lado está la producción de cortometrajes más artí­stico y propositivo, con historias originales, extrañas y nutridas de la cultura mexicana; y por otro lado está un cine muy industrial, apegado a fórmulas comerciales, procurando que sea accesible. Ese cine ha ido construyendo una industria, ha tenido éxito de público y se ha vendido en todo el mundo, pero falta que suceda lo que sí­ han logrado los cortometrajes en México.

- ¿Cuándo se verá "Ana y Bruno" en México?
Ya estoy cerrando el contrato de distribución y supuestamente sale entre octubre y noviembre de este año.

- ¿Y ahora qué se plantea Carlos Carrera?
Estoy trabajando en un proyecto nuevo de animación que se llama "Los ocho y la vaca o los ladrones de almas", pero ya está la pelí­cula de Juan Antonio de la Riva, "Ladronas de almas" (2015), y estoy reconsiderando el tí­tulo. Lo que hago ahora es todo lo que no cuesta dinero: dibujando el storyboard. Ya está dibujada casi toda la pelí­cula. Después de lo que suceda con "Ana y Bruno", ya veré si se levanta esta producción que serí­a una combinación de técnicas, visualmente sí­ serí­a otro rollo.