Espectáculos

Estrenan en Canadá "Bellas de noche" de María José Cuevas

Toronto - Como un documental "muy í­ntimo y hecho con el corazón" definió la cineasta Marí­a José Cuevas su producción "Bellas de noche" que vino a presentar, acompañada de la ex vedette Olga Breeskin, en el Festival Internacional de Cine de Toronto.

"Bellas de noche" habla de la mujer, de quitar muchos prejuicios alrededor de las vedettes. No vemos a estas cinco mujeres llorando en su cama y deprimidas sino que son unas guerreras; es un documental que habla de la vida", señaló la directora.

Dijo que cuidó que el documental no fuera acartonado, lleno de entrevistas y material de archivo, sino "muy í­ntimo, donde involucré mi corazón".

La historia trata sobre las ex vedettes Olga Breeskin, Lyn May, Rossy Mendoza, Wanda Seux y Princesa Yamal en el presente, "el pasado es un pretexto".

Entrevistadas horas antes del estreno de este lunes, la cineasta, hija del pintor José Luis Cuevas, explicó cómo surgió esta historia dedicada a estas cinco vedettes que engalanaron con sus lentejuelas las noches del México de los 70 y 80.

"Esta historia tiene que ver con los recuerdos de mi infancia, mi generación creció viendo a Olga Breeskin en televisión y tuve la fortuna que mi papá nos abrió a la cultura popular.

"Tengo fotos de mi papá con Olga y Rosy. Ellas lo invitaban a sus shows y él nos llevaba", comentó.

Resaltó que al hacer un documental debes sentir un tipo de identificación y tiene que haber algo que te mueva. Estas cinco vedettes son las que más recordaba desde mi infancia.

Señaló que conoció a Princesa Yamal hace 10 años y platicando con ella se le ocurrió hacer este documental y comenzó a hacer una investigación al respecto, "desde Carlos Monsiváis hasta TV Notas".

Por su parte, Breeskin, con la franqueza que le dan las experiencias vividas, confesó que cuando Cuevas le propuso participar en esta historia "yo ya estaba en Las Vegas haciendo radio y trabajando como misionera cristiana, para mí­ la vida de vedette ya habí­a terminado".

Entonces le dijo que el género ya pasó de moda y que quizá a nadie le interesarí­a, pero que lo pensarí­a y orarí­a.

"Pero mi papá me dijo que debí­a participar pues fui parte de una época que no podí­a borrar y que hay generaciones que me recuerdan".

Recordando sus orí­genes, Breeskin dijo que el conductor del programa dominical "Siempre en domingo", Raúl Velasco, "fue el que me hizo vedette" a los 17 años porque además de tocar el violí­n le pidió que bailara hawaiano.

"Primero me ofendí­ porque dije este señor no sabe lo difí­cil que es tocar el piano como para pedirme que haga otra cosa. Imagí­nate la cara de mi papá al ver a su violinista clásica bailando hawaiano. Después (Raúl) me pidió levantar la pierna y fue la primera vez que me pusieron un bikini. Y así­ seguí­".

Contó que su madre, una mujer recatada, le pidió que no siguiera pero que ella le respondió: "Mamá debo seguir el juego de la vida, si me ponen un bikini no te preocupes, no va a pasar nada, nunca me lo voy a quitar".

Para la cineasta estas cinco mujeres son "la última generación de vedettes, después de ellas ya no existe el género", aunque aclaró que "están lejos de estar olvidadas, la gente las recuerda y las quiere mucho".

"Bellas de noche", que se exhibió en abril en el festival Ambulante y que en Toronto tendrá cuatro proyecciones esta semana, muestra la cima de estas "diosas, Cleopatras" con sus coloridos trajes, sus fotos y sus recuerdos.

Sus razones para justificar el desnudo, como dijo Rosy Mendoza: "si Miguel Angel pintó desnudos, qué tiene de malo mostrar el cuerpo".

La Princesa Yamal comentó que "la piel envejece, pero el alma no"; mientras que Wanda Seux, rodeada de un ejército de perros French Poodle, enfrenta con dignidad su enfermedad y se roba los aplausos.

Ahora al cuidado de su esposo enfermo, Lyn May, comentó que no tiene tiempo de pensar en la edad porque se mantiene ocupada.

El documental incluye confesiones de Olga, quien vive en Las Vegas desde 1990, sobre sus adicciones y recaí­das hasta que encontró la salvación como misionera cristiana.

"La parte escénica es bonita, el aplauso es como una vitamina, pero eso no existe en tu casa, ahí­ no te aplauden. Habí­a una soledad que no querí­a compartir con mi público sino querí­a dar la impresión de que todo estaba bien", confesó la violinista.

Aconsejó a las nuevas artistas que quieran ser bailarinas a que se preparen muy bien porque "a mí­ me funcionó la improvisación pero después ya no. Dejé el género porque pasó de moda y por la edad. El tiempo es cruel amigo".

Durante el largo proceso de producción –ocho años de filmación- la directora logró entablar una excelente amistad con cada una de ellas.

"Todo salió muy natural. Era el cumpleaños de una y me invitaban y yo iba con mi cámara", refirió.

Respecto a estar proyectando su pelí­cula en uno de los cuatro festivales más importantes a nivel mundial, Marí­a José dijo que es un gran privilegio estar en Toronto y que eso demuestra que "tenemos una pelí­cula con un tema universal, lo que le mueve a la gente son los temas universales donde nos identificamos y aprendemos".

"Bellas de noche" se proyectará en el Festival de Cine de Morelia y próximamente en salas de cine.