20/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Junio 21 de 1929: Suspenden oficialmente la Iglesia católica y el gobierno de Emilio Portes Gil la llamada Guerra Cristera. Se trataba de un pacto para que ambas partes dejaran de atacarse pues en ese momento los generales cristeros Enrique Gorostieta y Jesús Degollado contaban con 25 mil hombres armados y suponían contar con el apoyo de 2 mil autoridades civiles a lo largo y ancho del país.

Sin embargo, la inercia de la violencia era difícil de frenar inmediatamente, aunque la orden de cese al fuego se supo rapidito, se requirieron los meses de julio y agosto para aterrizar en el campo de los hechos este acuerdo bilateral. El costo de la cristiada fue enorme: 60 mil soldados federales perdieron la vida, y 25 mil soldados cristeros, de las regiones conflictuadas, como fueron Jalisco, Colima, Zacatecas, Durango, Querétaro y Colima.

Empero, hubo además todo tipo de actos de crueldad como fusilamiento de civiles y víctimas inocentes que suelen ser las que pierden más en los conflictos de ese tipo, así que se calcula que murieron en total unas 200 mil personas, y todo porque el gobierno de Calles se oponía a que se diera en las parroquias servicios religiosos como bautismos, bodas, misas de cuerpo presente, etcétera. El acuerdo consistía en que los sacerdotes reanudarían los servicios religiosos como lo habían hecho siempre y el gobierno los toleraría en paz.  Jean Meyer en su libro La cristiada, describe el movimiento popular y dice que además de la tropa militarizada que comandaban el nuevoleonés Gorostieta y el michoacano Degollado, había otros 25 mil cristeros diseminados y desorganizados en el país, pero dispuestos a pelear. Ese baño de sangre sella una etapa de intolerancia a la apertura religiosa de dirigentes que pretenden interesar en terrenos que no les competen.