23/Apr/2024
Editoriales

Los Puentes de Monterrey. Puentes construidos de 1852 a 1910

Todos sabemos lo complicado que fue el siglo XIX, pero el año de 1852 fue la excepción al no haber problemas importantes en México ni en Nuevo León. A eso se debe que el gobernador Agapito García Dávila -electo para el periodo 1851 a 1853-, y el alcalde Felipe Sepúlveda pudieran realizar varias obras importantes. Construyeron un puente sobre el Río Santa Catarina a la altura de la calle Dr. Coss, que serviría para conectar a quienes vinieran del norte y del poniente con la Villa de Guadalupe. Y para supervisar estos trabajos, el Cabildo nombró a los señores Pacheco y González Dávila.

 

“26 de Enero de 1852  del camino que conduce de esta a la villa de Guadalupe según espediente instruido al efecto (…) para que lo pongan en ejecucion (…), de abrir una suscrision entre los vecinos que viven en la calle que pasa por la espalda de la catedral para el norte (…) se forme un puente al pasar de esta calle entre los de la Presa grande y de Hidalgo (…) y aprobada sin discusion se nombraron para este objeto a indicacion del señor Aguilar a los señores Pacheco y Gonzalez Davila mandandoseles pasar por oficio esta comision para que formen el espediente respectivo”

doy fe: Sepulveda Pacheco Garza Villarreal                   Miguel Nieto Secretario 

 

Se alinea Nuevo León con la dictadura de Santa Anna

Agapito García Dávila no terminó su gestión porque un mes antes -el 19 de enero de 1853- fue depuesto por el jefe de la Guarnición de Monterrey, Onofre Díaz, alineando a Nuevo León con la dictadura de López de Santa Anna. El primer gobernador del Departamento de Nuevo León nombrado por el dictador fue Juan N. de la Garza y Evia. Asimismo Santa Anna nombró alcalde de Monterrey a Juan de la Garza Martínez, quien consiguió de inmediato que el Cabildo aprobara el arreglo de los puentes de la Ciudad.  

 

“24 de Enero de 1853… Habiendo pedido el Señor Juez de policía se declarase por el Ayuntamiento, á quien corresponde la recomposicion de puentes por guardar estas muy mal estado: se acordó que dicho Señor Juez se encargára de hacerlo… Se levantó la sesion á que no asistieron los los Señores Jueces de insta. y Regidores Dávalos é Yntriago: doy fé”. Firmas 

 

Es necesario apuntar que el Juez de Policía era un funcionario municipal muy importante al tener bajo su responsabilidad el comercio, los víveres, la seguridad y tranquilidad general, la limpieza de calles, la solidez y hermosura de los edificios, la observación de los estatutos, leyes, bandos y ordenanzas municipales. Además podía aplicar multas y supervisaba las reparaciónes; por ello se le turnó este acuerdo. 

 

Renombran el “Puente de las Damas” por “El puente de las columnas”

Escribimos en el texto anterior que el puente de la Calle de las Damas, estaba sobre las actual calle de Zuazua, y que buscando su embellecimiento se había contratado a Papias Anguiano, quien inició los trabajos el 11 de julio, con un presupuesto de 525 pesos. A partir de su inauguración el Puente de las Damas fue conocido como el puente de Las Columnas, consiguiéndose esto como parte del embellecimiento.  

 

 

“Sesión ordinaria del 11 de Julio de 1853. Leida y aprobada la anterior acta, se dió cuenta… Leido un contrato, presentado por la Comision respectiva, por el que se compromete el ciudadano Papias Anguiano á construir el puente de la calle de las Damas por cantidad de quinientos veinte y cinco pesos y demás que allí se expresa fué tomado en consideración y discutido, se aprobó”.  

 

Regresa Pedro de Ampudia a gobernar Nuevo León

Poco duró el gusto; en 1854 regresó la “normalidad” de cambios sorpresivos propios del decimonono. Así, el 2 de marzo regresó como gobernador Pedro de Ampudia sustituyendo de nuevo -como sucedió en 1846- a De la Garza y Evia. Este nuevo gobernante evocaba a los nuevoleoneses la funesta Capitulación de Monterrey del 24 de septiembre que se rindió entregando la plaza al ejército norteamericano de Taylor, y abandonó la Ciudad con sus tropas para que Estados Unidos gobernara Nuevo León. 

  

No obstante, entre Ampudia y el alcalde Juan de la Garza Martínez reconstruyeron los llamados “puentes menores” es decir, los que había en las calles de América, Miguel Nieto, Vallarta, Porfirio Díaz, Serafín Peña, Villagrán, Aldama, Rayón, Cuauhtémoc, Garibaldi, Colegio Civil, Juárez, Guerrero, Galeana, Emilio Carranza y Escobedo casi con Matamoros. La reconstrucción consistió en sustituir los materiales perecederos por definitivos.

 

“2 de Marzo de 1854… prestó juramento de 1o Regidor Don Juan Chavez (…) La Comisión de obras manifestó (…) solamente determinarle el modo en que han de hacerse los puentes menores: (…) Los Señores Síndicos Procuradores distribuirán entre los carreteros y vecinos que riegan la agua en solares los materiales necesarios para la construcción de los puentes pequeños. doy fé”. Firmas 

 

Ya habíamos estudiado que los únicos puentes que tenían nombre eran el de Guerrero, sobre la calle del mismo nombre, y el de Guamantle en la calle de Escobedo y, para esta fecha, oficialmente el puente que cruzaba la calle del Hospital -hoy Cuauhtémoc - se llamaba puente del Doctor Mier. 

 

“9 de Marzo de 1854 … la Comisión de obras de que los trabajos del palacio municipal del Puente del Doctor Mier, saca de cantera y otros estan activandose conforme á los escasos aucsilios que para ello se ministran el Señor Presidente manifestó que en lo sucesivo seran mayores los aucsilios en virtud de que desde esta fecha se ha dispuesto darse baja á nueve plazas de la escolta de precios con motivo de que la mayoria de plaza tiene órden de la Comandancia General para facilitar quince hombres que los remplacen”.  

 

La obra de Ampudia fue amplia. En lo que hoy es Zuazua y 15 de Mayo se construyó un puente sobre la calle 15 de Mayo -antes calle de la Alameda que estaba donde hoy están los Museos Historia Mexicana y del Noreste- que apenas se estaba trazando para que llegara hasta el Templo del Roble. 

 

“5 de Junio de 1854. Presidencia del Señor Garza Rodriguez (…) Un oficio del Gobierno acompañando el plano que ha proyectado para la formacion del puente que debe construirse en el ojo de agua principal de esta Ciudad á fin de que se continúe la calle comenzada de oriente á poniente, para que se pónga en planta tan luego como los fondos municipales lo permitan” 

 

Llega al poder, pisando fuerte, Santiago Vidaurri

Finalmente terminó la dictadura de López de Santa Anna en 1855, y en Nuevo León se estableció el régimen de Santiago Vidaurri que duraría hasta 1864. Vidaurri, hombre inteligente, consiguió como pudo la unión de Coahuila a Nuevo León, siendo de su interés el comercio de algodón y víveres con los confederados -esclavistas- de la guerra civil norteamericana. En su largo gobierno reconstruyó: el Puente Nacional        -antes Puente Real-; el puente que salía para la Villa de Guadalupe, y el que iba para el Topo Chico, con mampostería o “cal y canto”. 

 

Pasadas la Guerra de Reforma y la Intervención francesa, en los gobiernos de José Eleuterio González “Gonzalitos” (1870, 1872-1873 y 1874) mejoró la salubridad de la Ciudad, al desecar los inmundos charcos que se formaban en el Río Santa Catarina a la altura de Cuauhtémoc, y llegaban hasta la calle de Padre Mier. 

 

Con el programa de saneamiento de Gonzalitos desaparecen muchos puentes

También se construyó una atarjea para sustituir la acequia que iba en paralelo a la calle Matamoros, desapareciendo los puentes de las calles América, Miguel Nieto, Vallarta, Porfirio Díaz, Serafín Peña, Villagrán, Aldama, Rayón, Cuauhtémoc, Garibaldi, Colegio Civil, Juárez, Guerrero, Galeana, Emilio Carranza y Escobedo y el Puente Hidalgo, reduciéndose los charcos, criaderos de mosquitos trasmisores de los virus de dengue y paludismo, así como enfermedades de cólera, diarreas y otros males.

 

Con la desaparición de las acequias mencionadas se redujo el número de puentes y después de los gobiernos de Gonzalitos sólo quedaban los del Río Santa Catarina -que iban a Guadalupe, Santiago y Cadereyta-, el del camino Topo Chico, y en el interior de la ciudad la cortinas de las dos presas -que se usaban como puentes sin barandal- que eran el Puente de las Columnas y el de la calle 15 de Mayo para pasar Zuazua. 

 

El siguiente periodo interesante para nuestro estudio empieza en 1880 que llegó al poder Porfirio Díaz y allí permaneció hasta 1910. Nos interesa porque se estableció nacionalmente el porfirismo -llamado despectivamente porfiriato-, que entronizó a gobernantes leales a Díaz. En Nuevo León se erigió el liderazgo del general Bernardo Reyes que llegó a gobernar desde 1885 hasta 1909.

 

Bernardo Reyes construye el Puente Juárez de las calles Zaragoza y J. I. Ramón

Díaz y Reyes, desde sus respectivas jurisdicciones construyeron un sistema político eficiente para mejorar y modernizar al país preparándolo para llegar al transformador siglo XX. Aquí la primera obra importante de Bernardo Reyes fue la construcción del puente Juárez en la calle Zaragoza y la actual Juan Ignacio Ramón. Formaba parte del gran proyecto de reordenamiento de las aguas interiores de la Ciudad que contaba con la asesoría del Consejo de Salubridad, dirigido por el doctor Gonzalitos, quien promovió la construcción del “Canalón”. 

 

Esta obra consistió en canalizar bajo la banqueta el líquido proveniente de los Ojos de Agua del Roble y de Santa Lucía -donde está el Obelisco-; construyendo una alberca en los Ojos de Agua de la Ciudad -Fuente Monterrey- y encauzando las aguas corrientes por un canal que iba con rumbo al oriente hasta los patios de la Maestranza. 

 

La construcción del Puente Juárez inició el 28 de enero de 1886. Al principio le  llamaban el “Puente del Ojo de Agua”, por haber sustituido a la cortina y desaparecer las presas de la ciudad. Su diseño, proyecto ingenieril y construcción fue autoría del ingeniero y capitán Miguel Mayorga, quien sólo recibió su sueldo como militar. La obra costó en total 20 mil 114.30 pesos, y se inauguró el 5 de mayo de 1887.

 

Por largo tiempo este Canalón sirvió para que la gente humilde que no podía pagar la entrada a la Alberca Monterrey, se echara sus buenos clavados al agua y también para que muchas amas de casa fueran a lavar su ropa. Y quienes tenían caballos también lo aprovechaban para bañarlos. Una vez terminado el Puente Juárez, se inició ipso facto la construcción del Puente Lerdo sobre la calle Doctor Coss que se terminó en 1889. En la calle de Diego de Montemayor se conservó un antiguo puente de madera, y más al poniente estaba otro pequeño también de madera para uso peatonal. 

 

La construcción del hermoso Puente de San Luisito

 

Sin embargo, la obra más importante en la materia fue, por mucho, el Puente San Luisito sobre el Río Santa Catarina que, desafortunadamente, fue de breve existencia. En 1904 el gobernador Bernardo Reyes aprobó la construcción esa importante obra sobre el Río Santa Catarina para conectar al Barrio de San Luisito con la Ciudad. 

 

El puente era una maravilla ingenieril, construido con fierro y acero recubierto con madera. Por si fuera poco el lujo, estaba techado y en su diseño se contempló espacio suficiente para ubicar comercios en los costados, y al centro había una calzada amplia con el actual concepto de calle completa, o sea que transitaban carretas, carretones, automóviles, biciclos y peatones. El lujo mayor era que también pasaba por ese puente el tranvía que llevaba a la mera Basílica de Guadalupe. 

 

En sus extremos norte y sur estaban respectivamente el Mercado Colón y el Mercado Moctezuma -hoy mercado Díaz Ordaz- que daban servicio a la Ciudad y al Barrio San Luisito. El diseño del puente estuvo a cargo de los ingenieros Genaro Dávila y Fortunato Villarreal y fue inaugurado con grandes fastos el 18 de diciembre de 1904. 

 

En Monterrey, Ciudad pródiga en puentes, el de San Luisito era el mejor

La Ciudad entera estaba feliz y orgullosa, pues este hermoso puente daba un servicio increíble. Ya no se necesitaba cruzar el Santa Catarina por vados ni por los puentes improvisados de piedra y madera que colocaban algunos vecinos cobrando peaje. 

 

Los burreros que cruzaban sus mercancías al lado sur, y los paseantes eran felices con el nuevo puente. Además se publicó las reglas de operación en donde estaba claro que los fines de semana sólo podían circular por ahí los peatones. Sin embargo, la tragedia acechaba a esta bella obra única en el contexto nacional. 

Continuará… 

  

Fuentes 

Archivo de Monterrey.  

Ramo Actas de Cabildo:  26 de Enero de 1852; 24 de enero de 1853; 11 de julio de 1853; 2 de marzo de 1854; 9 de marzo de 1854; 4 de julio de 1854. 

Génesis y evolución de la Administración Pública de Nuevo León, Isabel Ortega Ridaura, Fondo Editorial Nuevo León.