Septiembre 13 de 1943: envía el gobernador Bonifacio Salinas Leal al Congreso del Estado la iniciativa de Ley Orgánica para la segunda Universidad de Nuevo León, desapareciendo en automático al Consejo de Cultura Superior, que desde septiembre de 1935 tenía injerencia en las Escuelas y Facultades.
En mayo 31 de 1933 se promulgó la primera Ley Orgánica de la Universidad que tenía como lema: “Mi raza como norma, la humanidad como horizonte”. Pero ya para septiembre de 1934 el gobernador Pablo Quiroga había desaparecido a la Universidad de Nuevo León, y un año después había instaládose el Consejo de Cultura Superior, cuyo titular fue el destacado médico Ángel Martínez Villarreal. La nueva Universidad de Nuevo León empieza reformando todo, comenzando con el lema, pues ya sería: Alere Flamam Veritatis.
Su desarrollo ha sido admirable en poco más de ocho décadas, pues ayer, por ejemplo, el rector Rogelio Garza Rivera entregó cuarenta reconocimientos a la excelencia profesional a sendos egresados exitosos de la UANL de todas las Facultades, profesionales que han prestigiado a nuestra Máxima Casa de estudios. Su población estudiantil rebasa los 200 mil jóvenes de ambos sexos y sus instalaciones son de primer mundo, se volvió a ganar la olimpiada estudiantil, y muchos otros indicadores académicos y culturales que nos permiten postular con autoridad que la Universidad Autónoma de Nuevo León, es desde su fundación un invaluable apoyo para el desarrollo de nuestro Estado.