05/May/2024
Editoriales

Recuerdos del Fútbol Americano

A principios de los años sesenta del siglo pasado había un Coach -entrenador – de Fútbol Americano que nos entrenaba a los jugadores de Liga Intermedia del equipo de la Preparatoria Número 2 de la UNL. Era un tipo duro, pero no le daba mucho por pensar antes de hablar. Cierto día como parte del entrenamiento, jugábamos un interescuadras en una cancha de arcilla, que estaba un poco húmeda esa vez, ubicada en la explanada de atrás de donde hoy están las oficinas de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, por la calle de Matamoros al poniente. En una jugada que le decíamos “caballada” el corredor al que le decíamos el Chango llevaba el balón, y un defensivo llamado Pancho L. lo tacleó durísimo. El golpe, si hubiéramos estado bien equipados tal vez no hubiera sido tan dañino, pero siempre nos quedaban flojas las hombreras y riñoneras y hasta los cascos. Bien, el caso es que el Chango quedó inmóvil tirado en el terreno.

El asustado Coach, mientras llegaba el médico de la Escuela, le tomó la mano al Chango y le dijo: _Chango, Chango ¿me escuchas? Si me escuchas, aprieta mi mano una sola vez, y si no, apriétala dos veces…