25/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Agosto 4 de 1994: el empresario Ángel Losada Moreno es liberado en el Distrito Federal tras 102 días de cautiverio. Su padre Ángel Losada Gómez –quien pagó el millonario rescate- moriría diez años después. Este secuestro es importante por comprobar que se trata de una escalada de eventos trágicos programados en el país para desestabilizarlo. La opinión pública lo relaciona con el movimiento zapatista que el 1º de enero de ese año había irrumpido con un ejército guerrillero de tintes separatistas; con el secuestro del millonario Alfredo Harp, sucedido el 14 de marzo anterior, y el crimen del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo de ese mismo año. Los grandes empresarios se protegieron contratando sofisticados equipos de seguridad privada pues ya había nacido la industria del secuestro, misma que en estos tiempos sigue funcionando sólo que en otros niveles socio económicos. Losada Gómez (el padre de Losada Moreno) fue un jovencito español que en 1923 llegó solo en un barco a Veracruz, procedente de Santander, España, sin más capital que su deseo de hacer fortuna. Se trasladó a Apan, Hidalgo, a trabajar en el mostrador de la tienda Gómez hermanos, y 17 años después se independizó, tras conocer los secretos del comercio en México. Su tienda fue llamada Comercial Apan, y al poco tiempo le cambió de nombre a Gigante. En 1962 instaló en la ciudad de México el primer Gigante Mixcoac, y de allí creció desorbitadamente por todo el país. Estaba tan agradecido de Apan, que cualquier persona que solicitara empleo, con el hecho de ser apanense, automáticamente era empleado del grupo Gigante. Don Ángel construyó un emporio llamado Grupo Gigante, con almacenes comerciales en todo el país, cafeterías Toks; comprando tiendas Maxi, Blanco, El sardinero, Súper Maz, y la cadena regiomontana de la familia Garza, de Auto Descuento. Abrió tiendas y restaurantes con franquicias extranjeras (Office Depot, Radio Shack, Home Store, etc) hasta que la economía del país no sólo debilitó su crecimiento, sino que comienza el declive y vendió al grupo Soriana sus tiendas, pero se quedó con las propiedades que se las renta. Tuve el honor de conocerlo y me quedó grabada una frase suya cuando jugando ajedrez en el año 1998 decía que él era más mexicano que los que estábamos allí, pues tenía 75 años de ser mexicano… y ninguno de los presentes teníamos esa edad.