El devenir vital de Arturo García Espinosa, acaba de concluir definitivamente. Después de una prolongada enfermedad, la que llevó con entereza, finalmente alzó el vuelo.
Licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Nuevo León y postgraduado en Inglaterra, de la que fue su primer Director elegido democráticamente, al ser votado por estudiantes y maestros en elección paritaria y ponderada, durante 6 años a partir de octubre de 1977. La terna a la Junta de Gobierno la formaron aparte del Lic. Arturo García Espinosa, el Lic. Jorge Tovar Castro y el Lic. Sergio H. Martínez.
“Me tocó ser el primer Director electo democráticamente, logré formar un excelente equipo de colaboradores siendo Ma. Guadalupe Martínez y Fernando Contreras mis colaboradores más cercanos”.
Una vez terminada su gestión como Director de la Facultad de Economía, fue nombrado Director de Relaciones Internacionales de la UANL, puesto que desempeñó brillantemente realizando convenios de intercambio con las principales universidades estadounidenses, para beneficio de nuestra Máxima Casa de Estudios ya que numerosos estudiantes viajaron -producto de esos convenios-, a especializarse en las mejores universidades, recuerdo algunos de ellos que llegaron a ser Subsecretarios a nivel Federal. También fue Director del Puente Colombia, donde logró transparentar las operaciones que se realizaban por esa frontera. Además fue Director de Aduanas en Nuevo Laredo, puesto que desempeñó de manera sobresaliente.
Son muchos los puestos que desempeñó Arturo García Espinosa, fue Miembro de la H. Comisión de Hacienda de la UANL, además de Director de Delegaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, antes, fue delegado de la misma Secretaría de Relaciones Exteriores en Nuevo León y al mismo tiempo, tenía un segmento en la televisión local donde comentaba temas sobre Economía.
En el terreno personal, desde 1977 nos unió una relación familiar muy cercana, compadrazgos de bodas, primeras comuniones y viajes familiares, en especial, recuerdo la invitación que nos hiciera el Embajador de México en Cuba, José Ignacio Piña Rojas, (aficionado del América) que al saber que éramos amigos, le pidió que me invitara, pasando unos días inolvidables, acudiendo a eventos culturales , además de invitarnos a una cena en la Casa del Embajador en La Habana.
Además de ser un gran conversador y hombre culto, descendiente directo de españoles, era un buen gourmet, le gustaba la buena mesa y el buen vino. Nieto de Arturo García, “Pajujo” (1868-1941) artista español que se radicó en Monterrey y fundó un periódico que se llamó “El Elemento Sano”.
Amigo leal, sin dobleces, hombre de bien y entregado a su familia, confieso que me cuesta hacer una evocación en la que afloren todos los valores que hicieron entrañable nuestra sincera amistad. Ya lo estamos extrañando.
