18/Apr/2024
Editoriales

El apagón de Texas le da la razón a la CFE

Texas es sin duda, en EU,  el campeón  en la privatización y desregulación de su sistema energético.  Tanto así, que ni siquiera acepta la regulación federal y ha venido eliminando todo tipo de ellas desde el año 2000, y en este momento sólo un 10% de su energía la generan empresas públicas.  Pues bien, durante más de una semana, a mediados de este mes, 4.5 millones de hogares texanos se quedaron sin electricidad, sin gas para calefacción,  como cualquier nación “del tercer mundo” y  a 13 grados bajo cero por el Expreso del Artico que atacó al sureste de EU y el noreste de México.  Los días 14, 15 y  16 de febrero, la demanda de electricidad creció hasta 69 gigavatios diarios y para el día 17, las plantas de generación de unos 30 gigavatios fallaron y dejaron de funcionar. Hubo 80 muertos y muchos intoxicados por quemar leña o papeles en sus casas para tratar de calentarse.  El agua dejó de llegar hasta el 25 de febrero y el suministro de gasolina o alimentos se redujo o se racionó.  

   En estos días, en el Congreso del Estado de Texas, se discute sobre quién fue  el culpable. Los expertos sobre el tema y los diputados apuntan a ERCOT (Electrical Reabiability (seguridad) Council of Texas),  dirigida por un tal Bill Magnes de quien se dice ha podido ganar varias veces más dinero que lo que recibe el gobernador del estado; unos 900 mil dólares al año.  Igualmente se culpa a De Ann Walker,  que dirige la Public Utilitys Commission (PUC),  y es una ex colaboradora del gobernador y proviene de una empresa energética privada llamada Center Point Energy. La acusación es simple: Ercot no previó el aumento súbito de la demanda que iba a ocasionar el clima ártico y, además, no se aseguró de que las empresas privadas de energía hubieran “climatizado” (weatherization)  sus equipos, es decir hubieran mejorado instalaciones, generadores, etc., como se les había ordenado por el Congreso del Estado en las últimas tormentas invernales catastróficas, las del 2011 y la de 1989.  Simplemente no lo hicieron, no invirtieron, porque, según dijo el vocero de Vistra Energy, si hay un tope en los precios de la energía de 9 mil dólares;  “no hay incentivos para la inversión”.  The Economist , la revista que es el oráculo de los neo liberales en el mundo, pero que en este caso denuncia lo que habitualmente defiende,   dice sobre Ercot, el regulador que no regula: “ …está lleno de ejecutivos de negocios de la energía con intereses financieros en el mercado que supervisan, son como los magnates de Wall Street en la comisión de regulación bancaria y de valores”. Para The Economist, fue la “filosofía de baja regulación, el principal culpable” del desastre texano.

  Pero hay más; durante estas dos décadas, así como se impulsó la desregulación y privatizaciones en Texas, se impulsó también el uso de “energías renovables” como la eólica y la solar con incentivos fiscales, créditos baratos etc., y al mismo tiempo se redujo la generación por carbón a sólo 10 gw.  En el momento de la crisis el gas natural (que también es considerado parte de las “energías limpias”) y la eólica generaban casi la mitad del total, 34 gigavatios y simplemente se colapsaron;  la del gas porque se alimentan también de electricidad y las eólicas porque las hélices se congelaron. Algo parecido sucedió con las celdas solares se congelaron  y además no había sol. Por esa razón, en diarios como The Dallas  Morning News o The Houston Chronicle, varios especialistas están recomendando volver a la generación de “carga base”, de “potencia invariable” y dejar las renovables como complemento pero asegurando que el carbón, el combustóleo y el propio gas (ciclo combinado) y la nuclear, garanticen el suministro permanentemente.  

   Casi al mismo tiempo del ataque del Expreso del Ártico a EU y a nuestro país, el presidente AMLO envió al Congreso una propuesta de Reforma a la Ley de la Industria Eléctrica del País, que propone precisamente lo mismo que los expertos en energía de Texas:  Que “la alimentación” del sistema eléctrico nacional se garantice mediante, primero; la generación de la CFE, empezando por sus hidroeléctricas, sus plantas termoeléctricas y de combustóleo; luego las de ciclo combinado (80% en manos privadas) y, en tercer lugar; las que provienen de la eólica y solar.  También, la iniciativa propone que la CFE adquiera la energía de sus propias plantas y después comprar a los generadores privados según sea necesario y no estar obligado a comprar de “las renovables” que , como se demostró en Texas son intermitentes y de potencia muy variable. Por supuesto, esta reforma a La ley de Energía Eléctrica debe ser complementada con el avance hacia la energía nuclear en cooperación con países como la propia Argentina o China y el desarrollo del gas natural, un área donde México fue forzado, reduciendo su producción a la mitad,  a ser “un cliente más´´ de las compañías privadas texanas  --las mismas que abandonaron a sus clientes en Texas durante la tormenta;  y de las cuales dependemos en un 70% de los 8 mil millones de pies cúbicos que consumimos principalmente para alimentar las empresas privadas de ciclo combinado en México. 

 https://www.milenio.com/negocios/ley-industria-electrica-busca-amlo-iniciativa 

https://www.dallasnews.com/opinion/commentary/2021/02/21/blackouts-reveal-endemic-problems-in-the-texas-power-market/?utm_source=pushly 

https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Importaciones-de-gas-suben-275-en-una-decada-20210216-0014.html 

https://www.economist.com/united-states/2021/02/23/texass-big-freeze-may-not-bring-the-reforms-it-showed-are-needed 

 

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