27/Apr/2024
Editoriales

Pensemos antes de comprar otro teléfono

La vida moderna tiene grandes ventajas comparativas con la de nuestros ancestros. Existen ahora grandes facilidades para vacunarse contra peligrosas enfermedades; para comunicarnos con teléfonos móviles; adquirir productos de casi cualquier país del mundo y, si lo deseamos, los llevan hasta nuestra casa; de ver películas, escuchar música y leer libros desde nuestro hogar, etcétera…

La tecnología llega a miles de millones de personas. Por ejemplo, las increíbles comunicaciones satelitales están vinculadas a sistemas inteligentes que requirieron de billones de dólares de inversión, y propiciaron la pérdida de respeto al dinero. 

Ya casi es lo mismo hablar de millones, que de miles de millones de dólares, por lo que al iniciarse la otra carrera paralela a la tecnológica, la de su comercialización masiva, aceptamos pagar los precios que nos cobren, pues queremos estar en el vértice de la modernidad, y el dinero ‘ya no es tan importante’, como si de veras lo tuviéramos. 

Por eso las fortunas de los actuales ricos son inmensamente mayores que los de antaño.

Estos súper millonarios ganan fortunas diariamente aprovechando nuestra vanidad que nos gusta comprar celulares y ordenadores con tecnología de punta.

Pero también hay equipos electrónicos útiles a precios asequibles, como por ejemplo los nuevos hornos de aire caliente que cuestan alrededor de mil 400 pesos; o el asistente virtual que facilita la vida en el hogar con una ‘chica’ llamada Alexa, a un costo de mil pesos.

Cómo es posible que compremos un nuevo teléfono celular que trae cualquier cantidad de funciones y grandes capacidades pero a un precio de casi 20 mil pesos, es decir, lo mismo que veinte Alexas.

Jamás utilizamos toda la capacidad de los celulares, pero como lo fían en abonos mensuales cargados al recibo del servicio telefónico, muchos estúpidamente cooperamos para que las fortunas de los nuevos ricos sigan engordando más y más… hasta que les pase lo mismo que a los globos que se inflan de más.