Todavía a mediados de 1960 el grupo musical que capitaneaba John Lennon (The Silver Beetles) se integraba por: Paul McCartney, George Harrison, Stuart Sutcliffe, Pete Best y desde luego el mismo Lennon. Consiguieron un contrato y viajaron a Hamburgo donde, como era de esperarse, tuvieron que pasar por situaciones incómodas.

El contrato era con Bruno Koschmider, un representante que los traía tocando en diversos locales nocturnos con clientela formada por marineros, prostitutas, traficantes y delincuentes de todo tipo. Sin embargo, los dos tropezones de estos chicos ingleses no fueron con sus escuchas, sino que el primero fue con Bruno, quien se molestó mucho con ellos porque rompieron el contrato de exclusividad que habían firmado y molesto, denunció a la policía que George Harrison era menor de edad. Las autoridades alemanas actuaron rápido deportándolo inmediatamente.

El segundo problema fue en noviembre de ese mismo 1960, cuando Pete y Paul, en medio de un ruidoso festejo dentro de la habitación de su hotel, quemaron un preservativo colgado de un clavo en la pared. Esto provocó un pequeño incendio que no fue grave, pero la dirección del hotel los denunció y aunque consiguieron evadir la multa, las autoridades expulsaron del país a Pete y a Paul. John Lennon decidió regresar al Reino Unido junto a los deportados y Stuart hubo de pedirle dinero prestado a su novia la fotógrafa alemana Astrid Kirchherr para hacer lo mismo. Llegaron a Inglaterra derrotados, sin dinero, y con el grupo casi deshecho, pero aterrizando los entrevistó un reportero de un diario musical. El reportero, sin saber con quién estaba hablando, preguntó a un colega: ¿Cómo es que estos chicos alemanes hablan tan buen inglés?