19/Apr/2024
Editoriales

Una Gobernante sin experiencia

 

La Gobernante había sido una candidata agraciada: Joven, talentosa, bonita y carismática. Sus apoyos de campaña habían sido muy buenos, provenientes de la Iniciativa Privada. 

Durante su campaña no tuvo problemas relevantes con grupo alguno, ni siquiera con los temibles líderes de posesionarios y de puesteros con fama de narco distribuidores.

Su Coordinador General de campaña era un hombre serio, respetado y con apeos políticos, de cierta edad pero de presencia física poco agradable.

Tenía una pequeña deformación en el rostro derivada de un accidente, y ella lo nombró Director del área política de su Gobierno.

El resto del equipo de Gobierno eran jóvenes inteligentes y ambiciosos que le habían organizado eventos proselitistas para que luciera sus virtudes oratorias y simpatía. 

El Jefe de Prensa se extrañaba que los medios poco criticaban al Viejo Político quien se conducía con discreción y caminaba normalmente por la acera de sombra. 

Pero el ambicioso equipo convenció a la Gobernante de que lo despidiera y sustituyera con el hijo de un empresario que estaba ávido de fama. 

Así sucedió, y sin aspavientos el Viejo político aceptó una oferta de trabajo lejos del Estado. 

No había pasado un año cuando lo sorprendió una nota informativa nacional en la que se consignaba la renuncia de la joven Gobernante estatal.

Llamó a sus amigos y nadie entendía cómo se pudo deteriorar un Gobierno en tan poco tiempo, pues meses antes todo marchaba bien, y de pronto se complicaron las cosas.

Los grupos de presión se manifestaron ante la falta de atención a sus demandas.

Rápidamente las manifestaciones escalaron hasta convertir al Estado en un caos.

Huelgas de transporte y de estudiantes, cierres de avenidas y tomas de edificios públicos por parte de posesionarios, comerciantes y gente moesta por la falta de seguridad.

Eso hizo que los grupos de delincuentes organizados tomaran la plaza y la Gobernante, asustada, no pudo sostenerse en la silla de Gobierno.

Pidió ayuda federal y la respuesta fue que mejor renunciara para evitar daños mayores.

Al rendir protesta el Gobernante sustituto, lo primero que hizo fue llamar al Viejo político, quien era el que sabía cómo tratar a cada uno de los grupos de presión.

El decano aceptó regresar y el sexenio terminó a tambor batiente.

Hay personas que nos ayudan y ni siquiera nos damos cuenta.