26/Apr/2024
Editoriales

Los Templos de Monterrey. La Iglesia de La Luz

Con la invasión norteamericana a la ciudad de Monterrey en 1846 se evidenció que no existía un sistema funcional de defensa; la ciudad no tenía infraestructura para resistir el embate de una invasión o forma de soportar un sitio.  El innegable estado de indefensión obligó a las autoridades militares y civiles buscar una solución ante otra eventual invasión extranjera o los ataques de los indios barbaros que, presionados por el gobierno estadunidense, avanzaban al sur de la nueva frontera. 

 

El gobernante local Pedro de Ampudia y el dictador nacional López de Santa Anna se propusieron fortificar la ciudad. La experiencia de Ampudia en ese rubro era real; había fortificado y defendido con éxito en Veracruz: El Baluarte de Santiago y la Isla de Sacrificios durante el desalojo de las tropas españolas, luego del Plan de Iguala.  

 

El experimentado guerrero veía estas opciones para fortificar la ciudad: construir o reconstruir diez fortalezas militares modernas, algo que requería de inversión mayor, o levantar 21 murallas alrededor de la ciudad. La economía del Departamento de Nuevo León solo permitía la segunda opción, así que se iniciaron algunas obras, pero al llegar la Revolución de Ayutla a Monterrey en 1855, se abandonaron.  

 

Una de esas murallas inconclusas estaba al norte de la Ciudad, por la calle de La Presa, hoy Diego de Montemayor, y como coincidió que el gobernador Vidaurri impulsaba el crecimiento urbano con ese rumbo, en su derredor se instalaron algunas familias. Así se inició el Barrio de la Muralla, que poco a poco fue creciendo… 

 

Con el gobernador Bernardo Reyes el Barrio de la Muralla ya era populoso, pero desordenado. Reyes se aplicó en el rubro del desarrollo urbano, rectificando el trazo de calles y solares de este barrio, evidenciando su lejanía de los templos de Catedral y El Roble. De inmediato los vecinos y el obispo de Monterrey Jacinto López y Romo, así como el padre Alfredo Dávalos y la señora Francisca Muguerza de Calderón iniciaron trámites para la cesión de un terreno ubicado en las calles de Ruperto Martínez y Carvajal y de la Cueva, para edificar un nuevo templo.

 

El origen de la devoción a la Madre Santísima de La Luz

Esta devoción nació en Palermo, Sicilia, alrededor del año 1722. En una coincidencia, el jesuita Juan Antonio Genovesi deseaba tener una imagen de la Madre de Dios para llevarla en sus misiones, y una mujer anónima pedía a la Virgen María poderla ver. 

 

Sucedió el milagro: la mujer pudo ver a la Virgen con un gran esplendor de luz y gloria, rodeada de nubes y ángeles y con el Niño Jesús en sus brazos. La Madre de Jesús envió a la mujer con el padre Genovesi con las siguientes palabras: ”Dile que me es grato su obsequioso pensamiento; que tomo bajo mi protección su apostólico ministerio, y que quiero ser representada en la forma que ahora me ves”. 

 

El padre Genovesi pidió a un pintor la obra, pero colocó una media luna a los pies de la Virgen, pintó de rojo el vestido en vez de blanco, y omitió a los ángeles. Según la tradición, la Virgen pidió que se respetara su voluntad y el artista restableció la obra que los jesuitas llamaron “María Madre Santísima de la Luz”. Como Genovesi murió en 1743 en Messina siendo maestro de novicios cuando daba apoyo a los contagiados por la peste, los jesuitas llevaron copias de la imagen por todo el mundo; y en León Guanajuato dedicaron la Catedral a María Madre Santísima de la Luz , de donde llegó a nuestra Ciudad, gracias a los migrantes guanajuatenses. 

 

El Templo de Nuestra Señora de La Luz

Y así fue como el 6 de enero de 1895, se colocó la primera piedra del Templo de Nuestra Señora de La Luz con la aprobación del arzobispo de Monterrey - Linares Jacinto López y Romo. Para el 6 de enero del año 1900 el mismo arzobispo bendijo la Capilla, dependiente de la Parroquia de La Catedral, abriéndose al público de inmediato y empezando así una nueva devoción en nuestra ciudad. El 25 de septiembre de 1913 el arzobispo Francisco Plancarte y Navarrete la bendijo como Parroquia. 

 

La construcción de su sobrio edificio es de sillar con forma de cruz latina en planta, un campanario y cúpula central, de estilo neocolonial. En el interior tiene arcadas de columnas cuadradas con bases de mármol blanco; vitrales a los lados y en la parte superior, motivos eucarísticos como cálices, y ostias; con cruces, espigas de trigo y símbolos marianos. De la cúpula cuelga un candelabro de araña. 

 

Los altares laterales están dedicados, uno al Sagrado Corazón de Jesús y otro, a la Virgen de Guadalupe. En el Altar Mayor hay una Virgen Chiquita, y una réplica del óleo de “María Madre Santísima de la Luz”. La Virgen viste una túnica muy blanca ceñida por un cinto de flores estampadas. Sobre su cabeza y hombros cae un manto azul. 

 

Unos serafines sostienen en el aire una corona imperial; nubes de ángeles y serafines escoltan a la Virgen en actitud de servicio. María sostiene en su brazo izquierdo al Niño Jesús, que lleva en la mano derecha un corazón encendido, al tiempo que con la izquierda toma una canasta llena de corazones que le ofrece un ángel arrodillado. La Virgen toma de la mano a un joven que representa un alma en peligro de perderse, acechada por las fauces del infierno, representadas por un monstruo. 

 

El templo cuenta con salón de actos, salones de clases, jardines, casa parroquial, y en el jardín hay otra imagen de la Virgen de la Luz, forjada en hierro. Las ceremonias de bautizos en el Templo de La Luz aún siguen siendo socorridas. Es actualmente una de las pocas iglesias del centro de la ciudad que no han perdido feligresía, en esa zona del centro oriente de la Ciudad aún hay viviendas familiares y existe una devoción real a Nuestra Señora de la Luz. 

 

Ahora el orden de las cosas es diferente, pues la Iglesia es la que da nombre al Barrio y a la Plaza: Barrio de la Luz y Plaza de la Luz. Se trata de un barrio con identidad propia, los vecinos  organizan tradicionalmente una Kermese en la plaza y en Semana Santa, con el apoyo de la Iglesia un Viacrucis viviente que congrega a una buena cantidad de feligreses. 

 

FUENTES: 

 

http://www.catholic-hierarchy.org/ 

https://issuu.com/adanroca/docs/patrimonio_moderno_y_cultura_arquit 

https://es.catholic.net/op/articulos/3186/cat/99/la-madre-santisima-de-la-luz-leon-gto.html#modal 

https://www.arquidiocesismty.org/