27/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Marzo 7 de 1954: anuncia el gobernador José Santiago Vivanco Lozano que el presidente Adolfo Ruiz Cortínes dio su visto bueno a la construcción de una presa en el municipio de Linares para almacenar agua que se traería hasta la sedienta Ciudad de Monterrey. Esto generó que el aparato gubernamental federal se moviera para concretar la buena voluntad presidencial de apoyar el crecimiento de la Capital nuevoleonesa, agilizando el proyecto ejecutivo. La obra llevaría el nombre de Presa Cerro Prieto, y su cortina estará al sur del casco municipal de Linares. Sin embargo, a pesar de que la obra fue autorizada por el Presidente, los recursos económicos no alcanzaban a cubrir todas las necesidades nacionales, por lo que las inversiones eran exiguas. Debido a la escasez de recursos se difirió la obra hasta que –sexenios después- el binomio gubernativo del presidente López Portillo y el gobernador Alfonso Martínez Domínguez, convirtió en realidad ese sueño regiomontano de contar con nuevas fuentes de agua. La gigantesca obra ingenieril contemplaba un gran acueducto desde Cerro Prieto hasta Monterrey, estaciones de bombeo, una gran planta potabilizadora, y las líneas de conducción de agua potable hasta los domicilios. Martínez Domínguez la anunciaba como La Obra del Siglo… y tenía razón. Sin embargo, en esta larga temporada de estiaje, la presa Cerro Prieto está casi seca, requiriéndose una tempestad fuerte para que se llene. La naturaleza siempre ordena lo procedente en los importantes rubros que maneja.