El ginecólogo y obstetra australiano William McBridge, nacido en 1927, escribió una carta en 1961 a la revista The Lancet, relacionando el nacimiento de niños deformes con el consumo de la Talidomida por las madres embarazadas. Se armó tremendo escándalo que le dio fama y fortuna. Sin embargo, en el año de 1981 se aventó otra acusación: le achacaba los mismos efectos ya mencionados al Debendox, un medicamento prenatal comercializado por la multinacional Merrel Dow. Esta empresa se dedicó a investigar la denuncia y descubrió que McBridge había alterado los resultados de sus experimentos para que el medicamento mencionado fuera sacado del mercado. Desde luego que todo mundo pensó que este médico estaba arreglado con alguna otra empresa que competía con la Merrel Dow. Se inició un largo juicio y en 1993 el médico McBridge fue castigado cancelándosele su título profesional.