25/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Febrero 27 de 1864: muere de cuarenta y ocho años de vida, en su rancho El Canelo, jurisdicción de Doctor Arroyo, Nuevo León, el ingeniero y general José Silvestre Aramberri, personaje relevante en la historia militar de México. José Silvestre Aramberri Lavín nació en la Hacienda La Soledad de Río Blanco –hoy municipio de Aramberri en su honor-, en el hogar de Cosme Aramberri y Dolores Lavín en 1816. Vino a nuestra ciudad para estudiar en el Seminario de Monterrey, y se mudó a la Ciudad de México para estudiar ingeniería –no hay datos de su Alma Mater ni de su especialidad-.

Inició su carrera militar a las órdenes de Santiago Vidaurri, junto a Mariano Escobedo, Ignacio Zaragoza, Juan Zuazua, Julián Quiroga y Jerónimo Treviño. Hasta que se incorporó al ejército republicano de Benito Juárez y cuando hubo problemas entre Vidaurri con el ministro juarista Degollado, Aramberri fue comisionado para enfrentar al gobernador del estado de Nuevo León y Coahuila, obligándolo a dimitir, por lo que el Ing. Arramberri asumió la gubernatura en septiembre 25 de 1859, correspondiéndole inaugurar y abrir las cátedras del Colegio Civil de Jurisprudencia y Medicina.

Dejando sentado en la silla de gobernador al magistrado Domingo Martínez, Aramberri regresó a la Ciudad de México, y el gobernador encargado del despacho convocó a elecciones de gobernador constitucional, mismas que ganó de nuevo Santiago Vidaurri. Aramberri continuó con su carrera militar apoyando siempre a Benito Juárez, y durante la Guerra de los Tres Años lució toda su capacidad, coadyuvando al triunfo de los liberales contra los conservadores.

Fue gobernador del Distrito Federal de septiembre de 1862 a enero de 1863, y se incorporó de lleno a la guerra contra los invasores franceses. Pero enfermó cuando escoltaba a Juárez y se fue a descansar de Matehuala a su rancho El Canelo donde murió, y aunque corrió la especie de que había sido envenenado, esa versión nunca se comprobó. El 30 de septiembre de 1984, por decreto del gobernador Martínez Domínguez, sus restos fueron reinhumados para quedar al pie de la columna de Benito Juárez, en la Explanada de los Héroes, de la Macroplaza de Monterrey. A pesar de su importancia histórica, hay poca información de este personaje nuevoleonés a cuya memoria se le dedicó una calle del centro de Monterrey, y el Valle de Río Blanco es hoy el municipio de Aramberri.