27/Apr/2024
Editoriales

Las extrañas formas de la vida

La vida, podríamos decir que sería perfecta si su forma se asemejara  a la de una esfera, sin embargo, no es así, pero resulta que tampoco es cuadrada o rectangular y mucho menos posee la forma del más estético de los triángulos, el equilátero, cuyos lados son todos iguales. A veces, pasa que mientras la derecha mejora, la izquierda empeora y viceversa y muy pocas veces podemos presumir que hemos llegado a un punto de equilibrio. Los absurdos proliferan porque cuando en el norte las ideas pretenden alcanzar el cielo, son geniales y poderosas,  en el sur, tus pies las aterrizan. Así es la vida, y tampoco es perfecta, porque no es una ecuación matemática cuyo resultado si lo es. En la vida, la suma de dos más dos no siempre resulta ser cuatro, a veces es ocho y en otras ocasiones, lamentablemente esa misteriosa ecuación llega a darnos como resultado un simple cero.

No obstante, aun con su extraña e indefinida forma, la vida es hermosa y vale la pena vivirla. Y vaya que te lo dice alguien cuya historia ha sido por demás imperfecta hasta el día de hoy, pero me he dado cuenta que las tristezas no duran por siempre y que lo que hoy te hace llorar, mañana te exprime tu mejor carcajada.

El tiempo, suele curar las heridas siempre y cuando pongas de tu parte y estés dispuesto(a) a soltar aquello que como un doloroso recuerdo te persigue y te atormenta a todas horas. Se dice fácil pero si lo intentas te darás cuenta de que en realidad lo es. El secreto está en querer hacerlo. No hace mucho tiempo me resultaba sumamente complicado despedir a los recuerdos dolorosos hasta que me di cuenta que si desde lo más profundo de tu alma arrancas aquello que lastima tanto, ya sea perdonándote -si consideras que fue tu error-, o perdonando a la persona que causó la herida, entonces sentirás un profundo alivio. 

Hace falta mirar lo frágiles que somos, darnos cuenta de que así como bastó un segundo para nuestra creación, la misma fracción de tiempo es suficiente para arrebatarnos la vida. ¿Entonces? Si las cosas son de esta manera, ¿por qué o para qué andar cargando un pesado costal de sin sabores? Es pérdida de energía.

Ya bastante tenemos con todo ese tiempo que perdemos en tonterías, y la principal de todas esas sandeces sucede cuando le damos importancia a las cosas que no la tienen. Perdemos concentración -en lo bello que la vida tiene reservado para nosotros- enfocándonos sólo en recordar aquello que nos resta alegría.

Hoy me he reído bastante redactando algunas simpáticas cartas de despido, si, había algunos recuerdos que ya debían marcharse y los he dejado ir con satisfacción, de una manera divertida. Ha sido un día de fiesta para mí. Me siento ligera de equipaje.

No obstante, aún con todo lo sucedido y a pesar de la extraña e indefinida forma que le encuentro a la vida, me doy cuenta de que es hermosa y vale la pena vivirla.

¿Qué esperas?... Disfruta tu vida, tus aciertos y todos tus momentos. Celebra el extraño y bello milagro de existir, agradeciendo a la bella mujer que te trajo al mundo.

Y desde aquí, felicito con mucho cariño a todas las mujeres que no perdieron el tiempo en tonterías y decidieron crear una vida. Si no fuera así, yo no estaría aquí, ¡muchas gracias mamá!