02/May/2024
Editoriales

Del liberalismo de Pedro G. Zorrilla Martínez, al absolutismo de la 4T

Ayer por la tarde al revisar algunos libros y revistas de mi propiedad, encontré un artículo que le publicaron en 1998 al Dr. Pedro Zorrilla Martínez, denominado la Libertad y la Reforma del Estado. Editorial que nos hace razonar que plumas de ese calibre, requerimos actualmente para seguir aprendiendo sobre la naturaleza del estado mexicano.

 Dicho artículo estaría de moda al ver que algunas líneas de influencia encajan en lo que debe y no debe hacer el actual gobierno, por lo que no deberían ser desperdiciadas. En estos tiempos de incertidumbre social, política y económica, rumbo a las elecciones del próximo año 2024, la sucesión presidencial ha mediatizado los grandes problemas de la nación. Y por ello hemos olvidado avanzar en la reforma del estado, ya que el INE es sólo una parte importante de la reforma del estado si así lo quiere ver.

 Con una magistral narración el entonces Gobernador Pedro Zorrilla, el académico, investigador, jurista y político, escribió que el liberalismo, como tesis social con dimensiones éticas, políticas, y económicas, nació en el pensamiento occidental como resultado de la propia evolución de las ideas, surgido de la lucha contra el absolutismo.

 En Europa, el liberalismo combatió exitosamente contra el poder absorbente, en favor de las libertades y de los derechos de los individuos.

 Por el contrario el absolutismo es un régimen político que se caracteriza por la reunión de todos los poderes en una sola persona.

 Aunque sabemos que nuestro país no es una monarquía, algunas acciones del actual gobierno, se pasan de la raya e indican que tarde o temprano pudiéramos ser parte de un régimen de corte absolutista… O Marxista, como el chavismo en Venezuela, que todo gira mediante el culto a la personalidad de su Presidente.

 Un ejemplo de ello, es que se pretende desde el más alto nivel, la eliminación (sustituir con perfiles afines) el total de los contrapesos a su poder que anteriormente y actualmente eran conducidos por funcionarios institucionales.

 La historia del liberalismo en México, no es igual a la europea; en primer término el liberalismo luchó por la independencia del país y por la construcción del de un estado laico; además no se dio en México en la magnitud con la que sucedió en Europa, un desarrollo económico, financiero, y comercial.

 Por ello quizás el liberalismo mexicano no perdió nunca las vertientes ética y social, o cuando menos, no en la medida en la que esto se dio en el viejo continente.

 Continúa diciendo Pedro Zorrilla que la versión del liberalismo mexicano sembró semillas que fructificaron durante la Revolución Mexicana y que se expresaron en los derechos sociales consignados originalmente en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, fundamentalmente los agrarios y obreros; después vinieron varios otros derechos más.

 Por lo que atañe a la idea de libertad, de aquella negativa, que significó una autonomía individual en la que el estado no podía entrar, se transformó en una positiva, que autorizaba a los individuos y grupos sociales a pedir la intervención del estado, para que con la participación de los interesados, se construyeran, en la realidad social y económica, posibilidades concretas que hicieran efectivas las libertades para los hombres y mujeres reales.

 Señaló, sobre el derecho, los valores y principios sociales que las opciones políticas fundamentales consignadas en la Constitución como otros valores y principios sociales, que el derecho tiene la capacidad de portar y hacer vivir en la existencia cotidiana de la sociedad, construyen el estado de derecho.

 Que para serlo requiere de una forma que aporte orden, seguridad e igualdad jurídicos, y de unos principios y valores, a favor de los cuales se dé el orden y la seguridad mencionados.

 Prosiguió: es verdad que pueden darse, y de hecho se dan, conflictos entre libertad y justicia, al igual que entre derechos individuales y sociales; pero esos problemas son similares a los que se producen en la conciencia de la persona individual, y deben y pueden ser resueltos ante los hechos concretos.

 Lo inadmisible sería incurrir en los errores del individualismo y el socialismo históricos, de hacer a un lado la dimensión social de hombre el primero, y la individual y personal el segundo.

 Sobre los partidos políticos señaló que deben generar confianza en los ciudadanos y es necesario crear condiciones para que los medios de comunicación asuman más plenamente su responsabilidad social.

 Hay que evitarse riesgos de concentraciones de poder político y económico, y deben suprimirse los factores de inestabilidad de países en desarrollo, especialmente las luchas políticas sin reglas claras y con rasgos de rudeza, la improvisación de funcionarios públicos, la bancarrota de la hacienda pública y el endeudamiento excesivo, derivados estos de la pretensión de satisfacer sin límite todas las demandas sociales.

 Hay que adaptar los principios básicos de la convivencia nacional, entre los que destacan avanzar en la descentralización política, y otorgar mayor autonomía al poder judicial.

 Por lo pronto: Alguna vez, durante la ceremonia de homenaje organizada por la facultad de derecho y de la coordinación post grado al Dr. Pedro G. Zorrilla Martínez, en el aula José Castillo Larrañaga de la Universidad Nacional Autónoma de México (2000), el brillante académico y excelso investigador Dr. Sergio García Ramírez, dijo: “Para hablar de lo que hablamos ahora, hay que pensar en otro México, con otros hombres y mujeres, otras ideas y otros ideales. No digo que entre ese tiempo del pasado y este tiempo del presente medie un abismo. Sólo invoco a la circunstancia para explicar las causas y los cauces de las generaciones a las que perteneció nuestro amigo Pedro Zorrilla. Quien fue un caballero bien nacido”. 

 

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