28/Apr/2024
Editoriales

Boy Scouts, otra institución que se derrumba

Estados Unidos es un poderoso país que, paradójicamente, sus más peligrosos enemigos se han inoculado al interior de su propio territorio. Las tragedias del 9/11, y las matanzas en los campus universitarios, son dolorosas evidencias de este creciente fenómeno en el que han participado jóvenes armados. 

El más reciente ataque masivo llevado a cabo el Día de la Independencia norteamericana en Higland, Illinois, fue perpetrado por un joven de 21 años llamado Robert Crimo, quien disparó con un rifle semi automático a una multitud desde la azotea de un edificio matando a siete personas e hiriendo a 26 más, para luego huir disfrazado de mujer.

Es de llamar la atención que este joven haya pertenecido a la laureada organización The Boy Scout of America, orgullo del american way, definida como “Una de las organizaciones nacionales más grandes, prominentes y valiosas…” “Que ayuda a la juventud a formar el carácter de ciudadanos responsables y participativos” que durante más de un siglo “Ha formado a los futuros líderes de la nación”.

La institución ha caído de la gracia pública desde que el periódico Los Angeles Times reveló que ocultó miles de acusaciones por abuso contra menores. En Pennsylvania hubo mil 600 expedientes de abusos sexuales presentados por padres de menores ofendidos. En Oregon, la Suprema Corte de Justicia registró mil 200 expedientes fechados entre 1965 y 1985.

Los Boy Scouts respondieron que “Se encubrieron las denuncias para ahorrar vergüenza a las jóvenes víctimas”. Sin embargo, un tal Richard Turley fue denunciado en California en 1979 por abusar de 11 niños, y su castigo fue trasladarlo a Canadá, pero sin darle sus antecedentes a los Boy Scouts canadienses, allá reincidió, tan sólo para ser reubicado a Victoria, Columba Británica, donde por fin fue condenado por el asalto sexual a tres menores.

Y si en la organización Boy Scouts of America, en donde los mayores enseñan a los menores aspectos de sobrevivencia, los abusos contra los menores son espeluznantes, ya no extraña que de sus filas salga un asesino serial como es Crimo.