30/Apr/2024
Editoriales

¿Quién ganará la guerra? ¿Las aves o los burros?

Inicia en nuestro país el proceso democrático para renovar los poderes políticos, es decir, el Ejecutivo y el Legislativo, conocidos respectivamente como la Presidencia de la República y las Cámaras de senadores y de diputados federales.

Arrancó el periodo de pre campañas de los tres aspirantes a presidir la nación, en orden alfabético: Xóchitl Gálvez, Samuel García y Claudia Sheinbaun que, a pesar de ser precandidatos únicos en sus respectivas plataformas partidistas, deben empezar a moverse, so pena de rezagarse en las preferencias electorales.

Es una pena que las tres instancias políticas postulantes hayan evitado contiendas internas yéndose por la ruta breve y fácil de elaboración de encuestas o decisiones cupulares.

Esto estimula los cambios de partidos a quienes están convencidos de que el pueblo los ama, y su partido no les concedió su anhelada candidatura.

Y también propicia la volubilidad del electorado, cuya única oportunidad para votar será el día 2 de junio, sin tener algún parámetro que le oriente, toda vez que las encuestas fallan cada vez fallan más, como sucedió recientemente en las elecciones argentinas. 

Así que el elector seguramente va a cambiar sus preferencias conforme avancen estos meses que faltan para la votación, de acuerdo a su efímera percepción de los candidatos.

Habrá muchas novedades y traiciones a granel; los cambios de preferencias políticas y las ambiciones que desatan no es nuevo, tal como la podemos ver en esta fábula de Esopo, llamada “Las aves, los cuadrúpedos y el murciélago”

En los tiempos aquellos en que las Aves y los Cuadrúpedos se hacían la guerra sin piedad, el Murciélago tomó partido por los Pájaros pensando que, teniendo en favor las alas y por consecuencia la virtud de volar, se decidiría por ellos la victoria.

Más no sucedió así. Y el Murciélago, (que por entonces tenía unas hermosas plumas de colores),  al ver que los Cuadrúpedos llevaban la mejor parte de la lucha, abandonó a las Aves y se alistó en el ejército de los nuevos vencedores.

Sucedió sin embargo, que llegó poco después de esa deserción la valerosa Águila (por que andaba ocupada con sus propias guerras lejos del campo de batalla) y animó de tal manera a las Aves, que pelearon con mayores esfuerzo y decisión, venciendo a los Burros. 

Al verse perdidos los Cuadrúpedos pidieron la suspensión del combate e hicieron las paces conviniendo en hacer dos partidos políticos con ciertos derechos cada cual, pero entonces el tránsfuga no tuvo partido en qué alistarse. A la hora de tomar decisiones en la firma del armisticio, por unanimidad ambos bandos condenaron al Murciélago a ser despojado de sus plumas en castigo de su perfidia. 

Pero además para dejar constancia del repudio a los que cambian de bando en una guerra, le aplicaron un castigo ejemplar: Le prohibieron que jamás se presentase a su vista, motivo por el cual este animal sólo sale por las noches.

Esopo era además del más grande fabulista, un adivinador del futuro pues tal parece que sabía lo que sucedería en México en las elecciones del año 2024, en las que habrá muchos que cambien de partido, desde aspirantes fallidos hasta simples electores desilusionados. 

Los murciélagos actuales serán los que decidan la elección, pues la única águila que existe no podrá influir tanto en los ejércitos de votantes.