Internacional

"Es santa pero la seguiremos llamando Madre Teresa": Papa Francisco

Ciudad del Vaticano - El Papa Francisco aseguró hoy, ante más de 120 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro, que la figura de Teresa de Calcuta es tan cercana que será difí­cil llamarla santa y todos la seguirán llamando Madre.

Esto durante el sermón de la misa en la cual ordenó inscribir formalmente en el Elenco de los Santos a la religiosa de origen albanés, fundadora de la congregación de las Hermanas Misioneras de la Caridad y que se convirtió en í­cono mundial de la misericordia por su labor a favor de los más pobres.

"Esta incansable trabajadora de la misericordia nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideologí­a y de todo ví­nculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión", deseó.

Más adelante sostuvo que ella supo hacer sentir su voz a los poderosos de la tierra para que reconociesen sus culpas ante "los crí­menes de la pobreza creada por ellos mismos".

La calificó como "generosa dispensadora de la misericordia divina" porque, a lo largo de toda su existencia, se puso a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada.

"La misericordia fue para ella la 'sal' que daba sabor a cada obra suya, y la 'luz' que iluminaba las tinieblas de los que no tení­an ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento", añadió.

Solicitó que su figura sea modelo para todo el mundo del voluntariado y recordó que ella amaba decir: "Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreí­r".

"Llevemos en el corazón su sonrisa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren. Abriremos así­ horizontes de alegrí­a y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura", insistió.

En una mañana de intenso sol y calor en el Vaticano, el Papa encabezó el rito de canonización de Madre Teresa y recibió una reliquia de la nueva santa: una ampolleta de sangre contenida en un relicario de madera tallado en forma de cruz.

En su homilí­a, Francisco señaló que los católicos deben hacer realidad lo que invocan con la oración y advirtió que "no hay alternativa a la caridad" porque quienes se ponen al servicio de los demás son quienes aman a Dios.

Aclaró que la vida cristiana no es una simple ayuda que se presta en un momento de necesidad porque si fuera así­ serí­a sólo un hermoso sentimiento de humana solidaridad que produce un beneficio inmediato, pero serí­a estéril porque no tiene raí­z.

Precisó que seguir a Jesús es un compromiso serio que requiere radicalidad y esfuerzo a favor de los más pobres y ponerse a su servicio. Indicó en eso la razón por la cual los voluntarios que sirven a los últimos y a los necesitados con sentido religioso no deberí­an esperar ningún agradecimiento ni gratificación.

"Dondequiera que haya una mano extendida que pide ayuda para ponerse en pie, allí­ debe estar nuestra presencia y la presencia de la Iglesia que sostiene y da esperanza", estableció.